La interna entre Santiago Caputo y Guillermo Francos por el acceso a la información

La restricción a la ley de acceso a la información cobró una dimensión inusitada hacia dentro del Gobierno luego del rechazo generalizado de la oposición así como de la sociedad civil y las entidades periodísticas. Era impensado que esa decisión generara posiciones enfrentadas entre dos relevantes miembros del Gobierno de Javier Milei: el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y el asesor estrella Santiago Caputo.

Francos fue al Congreso sabiendo qué preguntas incisivas -como gesto, se las adelantaron- le iban a hacer desde la oposición dialoguista en rechazo a los límites dispuestos en el acceso a la información que terminó arriando una de las banderas del gobierno de Mauricio Macri.

Por eso no lo sorprendió que en la sesión de este miércoles en Diputados en la que Francos brindo su informe como Jefe de Gabinete, le reclamaran la derogación de la resolución, a lo que el funcionario retrucó: «Si de alguna manera es tema de inquietud, modificaremos el decreto si fuera necesario». Tenía claro qué iba a responder.

De inmediato, se puso en marcha el operativo revisión. El presidente de la cámara Martín Menem se contactó con la radical Karina Banfi, vicepresidenta de la comisión de Libertad de expresión y una de las legisladores más activas en contra de la restricción que había interpelado a Francos provocando su respuesta. «¿Ahora estás tranquila con esto? Se van a contactar con vos», le dijo Menem.

Minutos después, mientras Francos seguía exponiendo los «logros» del Gobierno en estos ocho meses, sonó el celular de Banfi; era la secretaria de Planeamiento Estratégico, María Ibarzábal Murphy, nada menos que quien redactó los nuevos límites al acceso de la información pública, muy cercana a Santiago Caputo.

Pero la conversación resultó extraña. Murphy le preguntaba a Banfi qué tenía para decirle. En función de lo que venía conversando con Martin Menem, la diputada radical le propuso si quería coordinar una reunión, obviamente para hablar de la revisión del polémico texto. Pero la funcionaria le dejó en claro que no tenía intención de reunirse con ella y volvió a exigirle que le dijera lo que le tenía que decir en ese momento.

Acto seguido, Murphy le pasó a Banfi con Santiago Caputo, quien después de algunas bromas para romper el hielo afirmó tajante: «El decreto es la posición del Gobierno, y no se modifica». Estaba contrariando al Jefe de Gabinete que minutos antes había prometido revisarlo y seguía con su informe.

Asombrada por las idas y vueltas, Banfi contactó a Martín Menem para enrostrarle lo que había pasado. El riojano se mantuvo predispuesto a una revisión del texto del decreto, pero no le dio ninguna certeza en el Congreso.

En simultáneo, el kirchnerismo abandonaba sus bancas con la excusa de los incidentes fuera del Congreso y se daba por terminada la exposición de Guillermo Francos. Cuando se retiraba, la diputada radical lo saludó y brevemente le relató el episodio vivido. «Dejámelo a mí», le respondió el Jefe de Gabinete.

Por arte de magia, unos minutos luego Banfi volvió a recibir un llamado de Ibarzábal Murphy, pero esta vez en otro tono, para coordinar una reunión en la Casa Rosada que estaba previsto para este jueves. No obstante, después de lo sucedido, la legisladora no tenía demasiadas expectativas.

En su carácter de vicepresidente de la comisión de libertad de expresión de la Cámara de Diputados, Karina Banfi tiene previsto solicitar en la reunión de este viernes, citar a la titular de la Oficina de Acceso a la Información, Beatriz de Anchorena.

No sólo es llamativo el silencio de la responsable del área. Anchorena asumió en marzo del 2022 cuando la puso en funciones Alberto Fernández. No es la única dirigente kirchnerista que ocupa un cargo sensible del Gobierno de Javier Milei.