Drop Site News y The Intercept publicaron una explosiva investigación contra la Fiscal General de Ecuador, Daiana Salazar, que lleva todas las investigaciones contra el ex presidente Rafael Correa.
Salazar tiene un modus operandi parecido al de Sergio Moro en Brasil y en el correismo la acusan de ser la cara de la ofensiva contra la izquierda y la proscripción de Rafael Correa. En el texto aparecen 1500 chats de la fiscal con Ronny Aleaga, un hombre de confianza, que anteriormente pertenecía al partido de Correa.
Las conversaciones abarcan desde el asesinato del candidato a presidente Fernando Villavicencio hasta las maniobras para proteger a Guillermo Lasso de las causas que terminaron con su gobierno y la orientación del proceso contra el correismo.
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En el caso de Villavicencio, Salazar dice que era informante de Washington y Estados Unidos invirtió recursos en la investigación y la construcción de la narrativa que intentó responsabilizar al correismo de la muerte. Este discurso fue clave para que Daniel Noboa termine derrotando a Luisa González en segunda vuelta.
De acuerdo a los mensajes, Salazar supo que un grupo criminal había sido responsable del asesinato de Villavicencio. A pesar de saber esto, la oficina de Salazar manejó la teoría de que el asesinato había sido orquestado por Rafael Correa y sus aliados.
El artículo revela que Salazar demoró una investigación acerca de empresarios vinculados al expresidente Guillermo Lasso para perjudicar a candidatos de izquierda durante las elecciones anticipadas de 2023.
En otro tramo, admitió que el gobierno estadounidense no quería que el partido Movimiento Revolución Ciudadana (RC) de Correa, ganara en las elecciones de 2023. «Quieren la cabeza de RC,» escribió la fiscal.
Los supuestos mensajes de Salazar ahora son sujeto de una investigación que se suma al proceso de juicio político que está enfrentando por «incumplimiento de funciones» en la Asamblea Nacional que tiene mayoría del partido de Correa.
Diana Salazar cultivó un perfil altísimo desde su nombramiento en 2019 cuando inició investigaciones que terminaron en condenas contra Correa. Es por esto que no puede volver al país sin ser arrestado y se encuentra asilado en Bélgica.
Una de las causas es la llamada «Sobornos», una denuncia insólitamente similar a la de los Cuadernos en Argentina que el correismo cuestiona por falta de pruebas, ya que, solo se reduce anotaciones de una secretaria que, varios años después de producirse los hechos, anotó todos los supuestos ilícitos en una libreta.
El salto a la fama de Salazar coincidió con la irrupción de Sergio Moro y la Operación Lava Jato. En cada campaña electoral suele aparecen su nombre como candidata pero, como ocurre con Moro, la imagen fue cayendo sostenidamente.
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De todas formas, Salazar se ha convertido en una de las aliadas más fuertes de Washington en Ecuador, con funcionarios estadounidenses defendiéndola como una guerrera contra la corrupción: el Departamento de Estado le otorgó un premio; y a fines de este año, será galardonada con otro premio del Centro Woodrow Wilson; y Samantha Power, la administradora de USAID, escribió un positivo perfil de Salazar para la revista TIME.
Estas revelaciones explotan en las vísperas de la campaña electoral que terminaría con la elección de un nuevo presidente en febrero del año que viene.
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