Cristina Kirchner ordenó que sus senadores hagan tambalear los pliegos de Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla para la Corte Suprema, en respuesta al pacto de Javier Milei y Mauricio Macri.

«Dos cenas de milanesas y la señora rompió todo», afirmó a LPO el operador de uno de los despachos más importantes del Senado, luego de que Cristina dispusiera que Anabel Fernández Sagasti se retirase de la comisión en la que estaba exponiendo García-Mansilla. 

«Levantó a la mendocina de la reunión y dieron vuelta todo con Di Tullio», agregó a LPO un senador aliado del oficialismo que trabaja para que salgan los pliegos.

Entre los aliados del gobierno la versión que circula es que Cristina enfrió su apoyo a Lijo. En en entorno a la vicepresidenta juegan con el misterio: «La posición de Cristina sobre este tema la van a conocer cuando se conozca». 

Lo cierto es que Cristina tiene los votos para que se apruebe el pliego de Lijo y este miércoles no lo hicieron. En el bloque peronista dicen que ya están las firmas de Sergio Uñac, Lucía Corpacci y Claudia Ledesma, esposa del gobernador Gerardo Zamora. Con esas firmas mas las que junta el oficialismo se podría aprobar el pliego, pero sin el aval de los senadores de Cristina no se llega a los dos tercios.

Votar a Lijo o abrir una negociación amplia, el debate que cruza a los senadores peronistas

Como reveló LPO, los gobernadores y Sergio Massa impulsan aprobar el pliego de Lijo ahora, pero la ex presidenta pretendía negociar el procurador y una ampliación de la Corte. Sin embargo, este miércoles la señal que envió la ex presidenta fue que o bien endurece la negociación o directamente no apoya a Lijo.

Cristina levantó a Sagasti de la reunión y dieron vuelta todo con Di Tullio.

Por eso, el gobierno entró en emergencia ante lo que se asoma como otra derrota para Santiago Caputo, que impulsa las candidaturas de Lijo y García-Mansilla. Por eso, mientras quedaba en claro que no aparecían las firmas para el pliego de Lijo a una semana de su audiencia pública, convocaron de urgencia al jefe de bloque libertario, Ezequiel Atauche, que se acercó a la Casa Rosada junto al diputado Santiago Santurio. Fuentes al tanto de la situación dijeron a LPO que Santurio salió corriendo para la Rosada desde el Congreso. 

El diputado de San Miguel tiene vínculos con García-Mansilla, ambos cercanos al Opus Dei. Este último reveló este miércoles que el cargo se lo ofreció Santiago Caputo y nunca se vio con Javier Milei.

La senadora Anabel Fernández Sagasti minutos antes de levantarse de la reunión de la comisión.

La confusión en La Libertad Avanza parecía ser total. Mientras se definía la expulsión del bloque de Francisco Paoltroni, el presidente provisional del Senado, Bartolomé Abdala, admitió en declaraciones a CNN Radio que había «conversaciones» con el kirchnerismo para ampliar la cantidad de miembros de la Corte Suprema. 

«Claramente hay que decirle a la ciudadanía que, para que un juez de la Corte tenga el pliego aprobado, se necesitan los dos tercios, o sea, se necesitan 48 votos. Dentro de la debilidad parlamentaria de La Libertad de Avanza tenemos diálogo con todos los sectores del Senado», había argumentado.

En los pasillos del Congreso confirmaron a LPO que, frente a la debilidad del bloque libertario, senadores de los bloques aliados habían asumido la tarea de juntar los votos para Lijo. Pero como Macri se opone a Lijo esto deja en una situación incómoda a los del PRO.

Frente a la debilidad del bloque libertario, senadores aliados se hicieron cargo de las negociaciones para conseguir los votos. Pero como Macri se opone a Lijo esto deja en una situación incómoda a los del PRO.

El rumor es que sus interlocutores por el peronismo serían Mayans, apuntado por Cristina en las últimas 48 horas, y el sanjuanino Sergio Uñac. Mayans se ahorró nuevos cachetazos y se fue a Formosa, por lo que no estuvo este miércoles en el Senado.

Sin embargo, todo habría empezado a naufragar por la estocada de Macri contra Caputo y el mazazo de Cristina sobre el formoseño. «Nos estamos haciendo cargo de conseguir los votos nosotros pero no sabemos cómo termina», dijó a LPO un senador aliado del Gobierno, mientras García-Mansilla respondía preguntas de los opositores en el Salón de las Provincias.

Esa situación incomodaba sobre todo al kirchnerismo, que aparecía como sustento de Lijo sin considerarlo un magistrado propio. «Lijo es el candidato del gobierno y nosotros, desde el peronismo, queremos votar uno nuestro porque somos 33 para llegar a los dos tercios», repetían casi todos los despachos de UP. 

El jefe de bloque libertario, Ezequiel Atauche.

La excepción provenía de los senadores que, tal como informó LPO, están dispuestos a votar los pliegos como vienen, en acuerdo con los gobernadores. «Mayans y los senadores de los gobernadores vendían que tenían los votos pero no era tan así», acusaron desde el oficialismo.

Por otro lado, uno de los aliados del gobierno advirtió que ningún libertario estaba juntando las firmas para el dictamen de Lijo, descansando en el compromiso de los senadores con los que el juez charló. «Es el candidato el que trabaja en sus apoyos de forma autogestiva», admitió este senador.

Mayans y los senadores de los gobernadores vendían que tenían los votos pero no era tan así.

Pero la preocupación central pasaba por el desapego del gobierno para conseguir el respaldo al dictamen de García-Mansilla. «No hay que olvidarse que algunos están rosqueando la firma del dictamen de Lijo pero nadie sabe quién carajo va a firmar por García-Mansilla y el gobierno pretende que todo sea un combo», afirmó a LPO ese mismo senador.

Como sea, el desconcierto llegó a su punto máximo cuando García-Mansilla admitió que no conocía al presidente Javier Milei y que la postulación se la había ofrecido Santiago Caputo. 


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