Hay preocupación en el ballet y en los trabajadores del Teatro Colón por la llegada de Julio Bocca como director artístico. El ex bailarín carga con denuncias y condenas por maltrato. También apuntan contra su segundo, Gerardo Grieco, por su gestión en Teatro Solís, en Uruguay.
El despido de Jorge Telerman y el nombramiento de Bocca y Grieco estuvo lejos de aquietar las aguas. Los empleados del Teatro Colón están en alerta por los malos antecedentes de las nuevas autoridades.
Mientras dirigió el ballet del Sodre, seis empleadas denunciaron a Bocca y el ballet tuvo que indemnizarlos porque fueron apartadas de sus tareas sin ninguna justificación.
En la causa hablaron de un «ambiente laboral insostenible». En el fallo, la justicia uruguaya señala que las empleadas fueron denigradas en forma gratuita hasta «provocar el llanto».
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Además, dos bailarines de la compañía también habían apuntado contra Bocca. «Pasan muchas cosas en la compañía y Julio no tiene una buena actitud con nosotros. Tiene que alejarse para que se calmen las aguas. No nos trata bien cuando corrige y cuando se pide día por estudio, para dar examen, te saca de lo que bailabas. Nunca se había hablado de esto, pero pasa desde siempre, sólo que teníamos miedo de decirlo», señalaron en 2016.
Grieco fue presentado por el gobierno porteño como un gran gestor cultural, pero los recuerdos de su paso por el Teatro Solís tampoco son los mejores.
«Su principal aporte fue hacer que los acomodadores sean becarios y rebajar hasta límites indignos los cachets de los artistas. Cuando las dudas acerca de su honestidad eran inmensas, lo retiraron», le dijo a LPO una fuente del Colón.
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