Después de 15 años la Cámara Federal porteña, un tribunal clave de Comodoro Py, quedó completa. Roberto Boico, juró como integrante de la Sala II y compartirá acuerdos con sus colegas Martín Irurzun y Eduardo Farah.
Emocionado frente a colegas e también invitados al zoom, Boico agradeció y se comprometió a trabajar respetando la ley y la Constitución. “Estoy muy honrado, en otro momento hubieran estado aquí presentes en este momento de mucha alegría y mucho compromiso. Les mando un beso a todos y a todas y a empezar a trabajar. Mi compromiso es respetar la ley y la Constitución con toda la firmeza que eso impone. Gracias por haberme acompañado”.
Por la pandemia del coronavirus fue una ceremonia inusual, semipresencial, solo familiares y los restantes integrantes de la Cámara Federal en el edificio. Todos los saludos fueron por zoom en el que una de las más activas fue la jueza de Casación Ana María Figueroa.
Así, la Cámara Federal queda ahora con seis integrantes. Boico compartirá la sala con Eduardo Farah y Martín Irurzun, éste último autor de la doctrina que lleva su nombre y que permitió encarcelar a decenas de ex funcionarios kirchneristas con la teoría del “poder residual”.
La Sala I, en tanto, la integran Mariano Llorens y por ahora los jueces Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi, que habían sido trasladados a la Cámara por el macrismo y cuyos cargos están siendo concursados luego de que la Corte Suprema resolvió que los traslados no son permanentes.
Boico, prestigioso constitucionalista y abogado en numerosas causas resonantes, había quedado muy bien posicionado en el segundo puesto en el concurso que se hizo en el Consejo de la Magistratura. Luego sorteó sin problemas la audiencia en el Senado.
“La característica fundamental de una Cámara Federal es la celeridad, el respeto a todas las partes y poner muy alta la independencia que tiene que tener un magistrado. El compromiso que tenemos que asumir es la transparencia de un fuero que tiene las causas más visibles ante la opinión pública. Ese es mi compromiso”, dijo en aquella oportunidad Boico en la audiencia virtual ante los senadores.
Boico ya había ocupado un lugar en la justicia en los tribunales de Retiro, ya que en 2015 y 2016 durante siete meses integró la Cámara Federal de Casación Penal como conjuez, hasta que la Corte Suprema consideró que era inconstitucional el régimen de subrogancias.
El flamante camarista fue socio del constitucionalista Eduardo Barcesat. En febrero de 2018 asumió la defensa de Cristina Fernández de Kirchner en la causa del Memorándum con Irán basada en la denuncia del fallecido fiscal Alberto Nisman, que la acusó de encubrimiento de los iraníes sospechosos del atentado a la AMIA. También representó a Oscar Parrilli en el caso conocido como cuadernos, defensa a la que renunció en las últimas horas para ocupar su nuevo cargo.
La Cámara Federal es clave porque revisa los fallos de primera instancia de los jueces de Comodoro Py. Con el regreso de Farah y ahora con Boico se reconfigura un tribunal que hizo demostración de poder, especialmente en el gobierno de Mauricio Macri con fallos tildados directamente de arbitrarios contra funcionarios y allegados al kirchnerismo.
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