Mauricio Macri siente que el presidente Javier Milei no cumple con su palabra. Esboza que “no se deja ayudar”, pero, sobre todo, tiene la sensación de que las ya famosas cenas con milanesas –y la última con entraña– forman parte de un operativo de contención y no de un vínculo genuino en el marco de acuerdos parlamentarios y de gestión.

En este sentido, el expresidente ya dejó de disimular su malestar y esta semana activó la diferenciación de La Libertad Avanza en varias materias. Una de ellas: las universidades públicas. Otra: el posicionamiento ante la ONU de la canciller Diana Mondino, que valió un largo documento del área de relaciones internacionales del partido cuya cara visible es Fulvio Pompeo, exsecretario de Asuntos Estratégicos y actual secretario general porteño.

También planea que intenten avanzar proyectos del PRO para marcar diferencias, desde Aerolíneas Argentinas pasando por una segunda etapa de la reforma laboral hasta la eliminación de trámites. También ficha limpia, entre otras. Y un tema clave: no se descarta que el expresidente hable de “libertad de expresión” y se diferencie de las críticas al periodismo.

Esto no les gusta a los autoritarios

El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.

Pero no solo eso: Macri piensa que la tan mentada coordinación parlamentaria –que llevó a reuniones semanales en Casa Rosada donde participa el jefe del bloque del PRO, Cristian Ritondo, con otros diputados de la bancada– no está sirviendo. Argumenta que solo se informa sobre proyectos de LLA y no hay debate.

En este contexto, marca tres hitos. El primero: la reglamentación, con un decreto, que restringió la ley de acceso a la información. Se trata de una bandera y un proyecto sancionado por el PRO cuando Macri era jefe de Estado. La Casa Rosada, aduce en privado el titular del partido amarillo, ni siquiera avisó que iba a hacerlo.

En segundo lugar, justo cuando iba a avanzar el proyecto de privatización de Aerolíneas Argentinas que confeccionó Hernán Lombardi, uno de los diputados más cercanos al expresidente, el Gobierno, sin avisarle, decidió lanzar un decreto para dejar la empresa sujeta a privatización.

El tercer conflicto se dio hace poco más de una semana: a pesar de la mesa de coordinación, el Gobierno convocó a la CGT para anunciar la reglamentación de la reforma laboral mientras el PRO quería discutir una iniciativa vinculada a la democratización sindical. Solo se enteró el rionegrino Sergio Capozzi al final del encuentro y casi de casualidad.

Para peor, ahora con el conflicto universitario en una de las últimas mesas de coordinación varios legisladores amarillos anticiparon un conflicto complejo si seguía adelante el Gobierno. Lo escuchó de boca de Ritondo y de Alejandro Finocchiaro, exministro de Educación, el propio jefe de Gabinete, Guillermo Francos, junto a varios asesores.

Además de ello, no hubo ningún avance en armar una “mesa de gobernadores” y menos aún con intendentes. Los otros dos pedidos de Macri a Milei entre milanesas.Muy poco de esto escuchó el asesor presidencial, Santiago Caputo, cuando se reunió con él a mitad de semana. Pero la cumbre, cuentan en el macrismo, no terminó con sonrisas. La mala sintonía sigue.

De hecho, menos de 48 horas después, uno de sus hombres de mayor confianza de Macri, Fernando de Andreis (exsecretario general de la Presidencia), quien suele mantener un bajísimo perfil, pero el viernes se expresó por X (la red social preferida de los libertarios): “Como el escorpión que mata a la rana que lo está ayudando a cruzar el río, no pueden resistirse, está en su naturaleza”.

La metáfora fue la forma de explicitar que sigue molesto con Caputo, a quien observa como el fronting que impide que ingresen funcionarios del PRO de su mano. En rigor, hay más de 100 que llegaron con Patricia Bullrich, con Diego Valenzuela, el intendente de Tres de Febrero, y hasta exlarretistas.

Además de que hace responsable al asesor presidencial de ser partícipe de la falta de respuestas a los gobernadores e intendentes, y la poca coordinación parlamentaria.

Paralelamente en el bloque del PRO hay discrepancias sobre cómo pararse ante el veto de la Ley de Financiamiento Universitario. El martes habrá reunión para hablar del veto universitario dada la sesión del día siguiente. Finocchiaro está intentando convencer a la mayoría de bancar el veto libertario. Pero Lospennato ya empezó a discutirlo. Y Álvaro González ya anticipó que no acompañará.

Mientras tanto en el chat de WhatsApp siguen los cruces.

En ese caso un clásico ya: Lospennato versus Fernando Iglesias. El eje: los parlamentarios del Mercosur. Ya venían, semanas atrás, de otra discusión. Hay legisladores amarillos que están hartos de ambos y ya siquiera siguen las respuestas cruzadas. Mandaron a “archivo” ese chat de Whatsapp.

Las iniciativas que generaron enojo

  • AEROLÍNEAS ARGENTINAS. El Gobierno anunció un decreto justo cuando el PRO avanzaba.
  • COORDINACIÓN EN DIPUTADOS. Macri piensa que no se discute, sino que se imponen los temas.
  • SINDICATOS. El proyecto de democratización gremial quedó cajoneado por LLA.
  • ACCESO A LA INFORMACIÓN. La reglamentación fue criticada por los dirigentes del PRO.

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Por fmluzucom

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