Cuando Javier Milei se subió al avión para iniciar su vuelta a la Argentina tras su breve visita a Chile, el vocero Manuel Adorni se adelantó a los cientos de mensajes que tenía en su celular y le mostró el video que replicaban los medios de comunicación de Alberto Fernández con Tamara Pettinato en una situación no laboral en el despacho presidencial.

Cuentan que al líder libertario no lo sorprendió la escena ni tampoco que haya sido el propio presidente del Partido Justicialista quien filmara. Un rato más tarde, ya en Buenos Aires, sí lo impactaron las fotos que presentó Fabiola Yáñez al denunciar a Fernández por violencia de género. “Señalaban con una autoridad moral que no tenían, se creían impunes”, resumen desde su entorno.

Furioso con “la hipocresía progresista”, como expuso una carta que publicó este miércoles, luego de qué trascendieran detalles de la seria acusación por violencia de género contra su antecesor, Milei está convencido que, en caso de estar en el poder, el kirchnerismo estaría haciendo una utilización política partidaria si el acusado de golpear a su pareja fuera un dirigente opositor.

A pesar de que se mostró preocupado a la revictimización de Yáñez que -entiende- realizaron allegados al ex mandatario, con la filtración de detalles sobre su vida personal con el supuesto objetivo de desprestigiar su relato, el jefe de Estado considera que el Gobierno debe mantener distancia del tema.

Nadie quiere referirse en público, pero la versión de que algunos ministros sabían de lo que la Justicia manejaba con extremo recelo sobrevuela los pasillos del poder. El esfuerzo por no dar motivos para que el peronismo vincule la acusación a una maniobra oficialista es concreto.

Por eso, en Balcarce 50, su equipo también pidió “perfil bajo” a los ministros: “Se postergan los anuncios importantes y no se hace nada que cambie la agenda”, resumen. Las apariciones públicas de los funcionarios, con excepción de Adorni, quien incluso reiteró que la postura oficial es dejar “que actúe la Justicia”, deben ser con extremo cuidado.

Al cabo, el primer mensaje contundente por parte del Gobierno ya lo había pronunciado el Presidente una vez que se confirmó la denuncia de la ex primera dama. Insistió en su idea de que “la única solución para bajar el delito es ser duros contra quienes los cometen” y “no lo es crear un Ministerio de la Mujer, no es contratar miles de empleados públicos innecesarios, no son los cursos de género y definitivamente tampoco es adjudicarle a todos los hombres una responsabilidad solo por el hecho de ser hombres”.

En la intimidad, el jefe de Estado reivindica que siempre dijo “lo mismo” y que eso le valió muchos cuestionamientos: “Por no ser hipócrita me acusaron de violento y de machista quienes ahora están muy calladas”, se le escuchó en privado. Cinco días después de que se destapara el caso, Cristina Kirchner es una de las referentes políticas que no se refirió a la denuncia.

Milei no olvida que durante la campaña electoral que lo llevó a la Presidencia, tanto el oficialismo de ese entonces como sectores de los colectivos feministas intentaron vincularlo con situaciones de violencia. “Llevaban a la televisión a mujeres con las que se había vinculado y les intentaban hacer decir cosas que jamás habían ocurrido para ensuciarlo”, apunta un dirigente de extrema confianza del jefe de Estado.

Pero más que tomarlo como una revancha, Milei considera que está causa de violencia de género representa lo que él advirtió durante muchos años “en soledad”. En consecuencia, no quiere que su administración incurra en lo que sus colaboradores consideran que son “vicios de la política”: “No nos metemos ni para ayudar ni para perjudicar a nadie, dejamos que actúe la Justicia, no hacemos lo que harían ellos”, fue el mensaje que circuló puertas adentro del Gobierno. “Cuando se investiga este tipo de hechos no se puede caer en sobreactuaciones ni en el carancheo al que nos acostumbraron”, planteó un alto funcionario a Clarín.

La bajada de línea no incluye, por supuesto, lo concerniente a la seguridad de Fabiola Yáñez: tras el pedido del juez federal Julián Ercolini, luego de que la ex primera dama manifestara cierta desconfianza por su actual custodio, el Ministerio a cargo de Patricia Bullrich dispuso su regreso y el envío de otros dos efectivos de la Policía Federal.

“La Justicia debe contar con todos los elementos para actuar ante un hecho de gravedad extrema como se plantea. Nosotros somos auxiliares del juez para reforzar la custodia de Fabiola Yáñez pero no vamos a interferir en ningún sentido en el desarrollo de la causa”, explicó una fuente que se sienta cada martes en la reunión de Gabinete.

Antes de viajar a Neuquén, aunque se mantuvo en la estrategia de no meterse en el tema, Milei dejó en claro que sigue con atención el intento por desacreditar a Yáñez. “Empezó la campaña para ensuciar a Fabiola. Lo hicieron con Nisman y con tantos otros. El clásico modus operandi K para desviar responsabilidades. Hipocresía y cinismo progre…”, rezaba un posteo del subsecretario de Prensa, Javier Lanari, que republicó el mandatario. “No vamos a sobreactuar, pero estaremos atentos a que nadie se meta con alguien que se animó a denunciar a un ex Presidente”, sintetizaron en Balcarce 50.


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