En sus fábricas de Rosario, Calzados Blanco emplea a unas 400 personas, entre puestos directos e indirectos. Mediante este acuerdo, se crearán 40 nuevos empleos en la planta de Bicontinentar, en Chivilcoy.
Esa fábrica tiene capacidad ociosa ya que desde que Adidas dejó de fabricar en el país en 2017, estuvo a punto de cerrar. El año pasado fue comprada por un grupo local a sus dueños brasileños (Grupo Paquetá). Y está cerrando acuerdos similares con otras marcas para producción a fasón, como los casos recientes de New Balance y Jomas.
Blanco tiene una importante red de distribución propia a nivel nacional, con marcas propias como Athix, Vanner, Kidy y Via Marte. Desde 2011 es licenciatario exclusivo de la marca italiana Diadora.
“Queremos aprovechar la oportunidad que ofrece actualmente el mercado, porque las zapatillas deportivas de primeras marcas están a precios muy elevados, cuestan casi lo mismo que un alquiler de un monoambiente”, explicó Blanco.
“Y frente a los problemas económicos la gente busca otras opciones locales y se abre una oportunidad. Nuestro target es de precio medio-bajo, con un ticket promedio que es de $5.500 para la marca Athix y de $7.000 para Diadora. Creemos que en ese segmento todavía hay muco espacio para crecer”, añadió.
La empresa rosarina también comercializa indumentaria deportiva, que hace fabricar a fasón en distintas plantas textiles de la provincia de Buenos Aires. Por ejemplo, Athix es la indumentaria que utilizan actualmente los árbitros de fútbol de la Liga de la primera división en Argentina.
El sector del calzado deportivo está en un proceso de sustitución de importaciones, después del fuerte ingreso de mercadería durante el período 2015-2019 que puso en situación de crisis a la producción nacional, sumado a la fuerte caída del consumo por la crisis económica.
Jorge Velázquez
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