La relación entre Javier Milei y el papa Francisco entró en una fase de cortocircuitos y dejó descolocado al jefe de Estado. El Presidente todavía mantiene la esperanza de que el Sumo Pontífice visite la Argentina y, aunque con bronca de por medio, elige no darle volumen a un conflicto fuera de planes, que impactó de lleno en el Gobierno.

La primera reacción del economista ante los dichos contundentes del máximo representante de la Iglesia Católica, quien decidió en un encuentro de movimientos sociales criticar la represión que se desató en una marcha de jubilados y mencionó un presunto caso de corrupción, fue el silencio. Tampoco utilizó, como es habitual, la red social X para referirse a las frases de alto voltaje.

Solo dio algunos indicios de su malestar, al compartir un posteo del locutor Macu Mazzuca con un mensaje a Francisco: “Pueden haber corruptos en el gobierno de Milei, que en cuanto se entera los echa a patadas y los manda a la Justicia. No fue el caso de Cristina con su propia conducta y la de sus funcionarios, le pueden avisar al papa Francisco”.

Esto no les gusta a los autoritarios

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Y eligió presionar el botón de RT para mostrarle a sus seguidores posteos relacionados a la gestión de la principal apuntada por Francisco por lo sucedido en las inmediaciones del Parlamento, Patricia Bullrich. Milei compartió declaraciones de la ministra de Seguridad, una de sus funcionarias predilectas, y mostró elogios al avance del Plan Bandera contra el narcotráfico que se desarrolla en Rosario. En cambio, los tuiteros más afines al economista que suelen marcar el ánimo del Gobierno, sí decidieron apuntar contra el Papa. A esa nómina se le sumó Agustín Romo, diputado bonaerense cercano a Santiago Caputo, que lanzó duras palabras y lo trató de “cipayo”.

En la intimidad, Milei cree que Francisco puede visitar la Argentina bajo su mandato, más allá de que todavía no se dieron los pasos necesarios y burocráticos para que su llegada se produzca. Por eso, decidió no dar una contestación fiel a su estilo y el vocero presidencial, Manuel Adorni, en la misma línea, intentó atenuar las de-savenencias entre las partes.

“Las palabras del Papa las respetamos, pero no tenemos por qué compartirlas”, alcanzó a expresar el funcionario que tendrá rango de ministro sobre el tema. No obstante, en los pasillos de la Casa Rosada, la tensión con el Papa se alimentó mientras que otros actores del oficialismo piden no recargar energías.

El análisis que ciertos funcionarios realizan en torno al tema es que no es momento de abrir otro frente de batalla más, mientras la economía no termina de despegar. Son las mismas voces que reconocen que las palabras del Sumo Pontífice no pueden pasar desapercibidas al mismo tiempo que confían, y prometen trabajar, para que el referente mundial de la Iglesia desembarque en la Argentina en algún momento de la era libertaria.

Pero esa posición no es unánime dentro del ecosistema oficial. En Balcarce 50, ni bien se conoció lo que expresó el Papa, se encargaron de confeccionar una serie de cuestionamientos, que van desde el pensamiento del dirigente eclesiástico hasta sus encuentros con dirigentes opositores al Gobierno.

“Siempre hace lo mismo, dice una cosa en privado y después públicamente hace otra, es el doble juego al que nos tiene acostumbrados desde siempre”, se quejan. Incluso, precisan que Francisco el pasado martes, cuando mantuvo un cónclave con la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, “elogió la política social” que pone en práctica el oficialismo. Pero públicamente, “castiga” a la administración libertaria. “Típico de peronista, no transmite confianza”, agregan sobre cómo se mueve el referente católico.  

Un hecho curioso: de la reunión entre la ministra y Francisco no hay imágenes, a diferencia de otros encuentros del dirigente, con choques de versiones. En LLA, dicen que hubo foto, pero la decisión de que no se produzca difusión, corrió por cuenta de Pettovello. En cambio, alguien que conoce al Papa y que estuvo esta semana con él asegura lo contrario: que la determinación corrió por cuenta de Francisco.

Entre los dardos al Papa, también hablan de su raid con dirigentes opositores. Como toda la primera línea de la CGT y representantes de movimientos sociales, con Juan Grabois, de fuerte influencia en el Movimiento de los Trabajadores Excluidos, y Alejandro Gramajo, de la UTEP. “Francisco en una semana se juntó con todos y queda como conclusión: lo último que dijo, todos los datos contra nosotros”, es una de las críticas que se pudo escuchar cerca del Presidente que en campaña electoral lo llamó “maligno” y luego se disculpó en persona, en febrero pasado, con un diálogo que duró una hora.

Voces eclesiásticas de peso local aportan, para comprender el cuadro de situación y el escenario en el cual se desarrolla un foco de tensión entre los dos líderes, que Francisco siempre apostó a la justicia social, al diálogo. Que siempre se expresó, cada vez que pudo, contra la violencia y en su último discurso habló de muchos temas que tocan a toda la clase política. Es más, se refirió de manera negativa al juego online.

“Hay que separar la palabra pastoral de la cuestión política”, es lo que piden. Pero en solo cinco días, Francisco ofreció gestos inequívocos contra el gobierno de Milei.

Una relación distante que se quiere cambiar

Nahuel Sotelo, el secretario de Culto y Civilización de la Nación, asumió de manera formal su cargo hace un mes y, a diferencias de su antecesor, Franciso Sánchez, trató de brindarle señales positivas al Vaticano. Pero es una relación incipiente, que todavía carece de solidez y que no necesita tensiones como las que se exhibieron en las últimas horas.

Públicamente, el dirigente, quien goza de la confianza del denominado “triángulo de hierro” del oficialismo, comprendido por Javier y Karina Milei y Santiago Caputo, decidió no expresarse públicamente sobre las polémicas palabras de Francisco. Entre los suyos, su foco pasa por no aumentar decibeles al ruido que ya existe y comparte lo que afirmó Manuel Adorni en conferencia de prensa.

Básicamente, que la opinión del Santo Padre debe ser “respetada” a rajatabla y que tiene como objetivo desde su cargo cuidar las relaciones con todas las religiones. Promete hacer todo lo que esté a su alcance para que Francisco vuelva a pisar la Argentina, pero en concreto, todavía no hay pasos formales para que eso suceda. El vínculo con el Vaticano aún no se edificó.

En este marco, hay dos hechos para destacar. Uno, es que el funcionario, cuando ocupaba una banca en la Legislatura bonaerense, viajó al Vaticano en febrero pasado junto con Javier Milei y toda su comitiva y conoció al Sumo Pontífice. El otro, es que el Papa le otorgó a la provincia de Santiago del Estero el título de sede primada y el 7 de septiembre, en la misa fundacional, el secretario estuvo presente.

Si bien pertenece al ala más conservadora de la Iglesia Católica, eso no le impidió tejer lazos con aquellas entidades que mayor sintonía tienen con Francisco, como el Arzobispado de Buenos Aires. Y está metido de lleno en la organización de la peregrinación a Luján, el próximo 5 y 6 de octubre.

Por ahora, las gestiones llegaron hasta ahí. El secretario de Culto aún no puede mostrar mayores logros.


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Por fmluzucom

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