Tras el paso de Milei por Rosario, donde dio un discurso ajeno a los problemas de la región central y al tema de la seguridad lo tocó tangencialmente, la ministra de Seguridad Patricia Bullrich organizó una conferencia de prensa junto al gobernador Pullaro para anunciar una baja del 60% de los homicidios en la ciudad y del 70% en los barrios más calientes dominados por el narcotráfico.
Según el gobernador Pullaro, son los números más bajos de violencia letal de los últimos 17 años. La referencia no es caprichosa y corresponde a años previos al crimen mafioso de Martín «Fantasma» Paz en 2012 cuando explotó la guerra entre bandas narco que dejó un tendal de muertos con más de 300 asesinatos por año desde entonces.
«Hemos logrado el control territorial», dijo Bullrich luego de admitir la crisis que generó el homicidio de cuatro trabajadores ajenos al negocio de la droga en un fin de semana de mayo marcado por el horror. Ante la amenaza narcoterrorista, el gobierno nacional y provincial profundizó los controles en las cárceles contra los líderes y sicarios presos.
Además, la ministra de Seguridad detalló el aumento del 500% de cocaína incautada respecto del año 2023 y la detención de 555 personas que pertenecían a segundas y terceras líneas de las bandas dedicadas al delito complejo.
Por su parte, el gobernador Pullaro recibió afectuosamente a Bullrich; «querida amiga», le dijo y le agradeció porque «el gobierno nacional no nos dejó solo» y también le reconoció a la Legislatura santafesina el acompañamiento unánime a las leyes propuestas por el Ejecutivo para abordar la crisis narco como la provincialización del narcomenudeo, entre otras.
En ese sentido, Pullaro anunció la segunda etapa del plan de seguridad que implicará la instalación de más de cinco mil cámaras de seguridad en Rosario duplicando las existentes: «será la ciudad más monitoreada de la Argentina», dijo el gobernador.
Además, prometió una inversión de 400 millones de dólares durante los tres años y medio de mandato por delante que serán invertidos en obra pública carcelaria y policial para duplicar las plazas en los penales provinciales y la construcción de las cuatro estaciones policiales que reemplazarán a las comisarías barriales, un proyecto que inició Pullaro cuando fue ministro de Seguridad de Lifschitz.
Entre los funcionarios que participaron de la reunión para evaluar la continuidad del Plan Bandera que coordinan Nación y provincia, se encontró el flamante jefe de Gendarmería, Claudio Brilloni quien ocupó el mismo puesto durante el gobierno de Macri y terminó siendo el ministro de Seguridad del peronista Omar Perotti en la última etapa de gobierno.
Brilloni quien asesoró a Perotti en la Cámara de Diputados hasta la semana pasada, fue convocado nuevamente por Bullrich para ponerse al frente de la Gendarmería: «Brilloni siempre tuvo la mejor voluntad», defendió la ministra y refirió a Ortega y Gasset «uno es uno y sus circunstancias», para explicar que el gobierno de Alberto Fernández se había desentendido de la seguridad en Rosario y había dejado en soledad a las autoridades locales.
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