La fórmula no es muy compleja. China concede porque a China se le concede. Le pasó a todos los presidente argentinos desde que la relación bilateral se fue estrechando, a mediados de los 2000, cuando Cristina Kirchner y Xi Jinping elevaron el vinculo bilateral al de Alianza Estratégica Integral.

El compromiso de Javier Milei ahora de que irá a visitar a Xi Jinping en Beijing sucede a un pedido desesperado al gesto final esperado de la potencia asiática, que claramente esperó -como en otras oportunidades- el directorio ejecutivo del Fondo Monetario Internacional aprobara la octava revisión del programa con Argentina, que estima un desembolso de US$ 800 millones.

Este jueves, en plenas negociaciones contrarreloj para que se aprobaran la ley Bases y el paquete fiscal del oficialismo, el Banco Central de la República Argentina anunció que había acordado con el Banco Popular Chino (BPOC) la renovación de un tramo del swap de monedas que vencía por u$s5.000 millones (35.000 millones de yuanes) que están en las reserva del BCRA. China concedía extenderlo, y sino, había que pagarlo.

Un día antes, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, publicó una foto de su primer encuentro con el embajador de China ante la Argentina, Wang Wei. Fue algo impensable bajo la jefatura del ahora ido, Nicolás Posse, para quien la agenda internacional empezaba y terminaba en los Estados Unidos. En esa reunión entre Francos y Wang es que se habló del viaje a Beijing de Milei, que el propio presidente le contó a sus periodistas más cercanos.

Así y todo, en estos seis meses de gobierno, los ministros Luis Caputo de Economía, y Diana Mondino, Exteriores le pidieron en reiteradas oportunidades a China renovar su swap con la Argentina -ambos viajaron a Beijing- al tiempo que hacían malabares. para que Milei no tuviera en el entretiempo un enojo o un exabrupto con Xi o dijera algo incoveniente sobre la Republica Popular China, como ocurrió con otros presidentes del Club de sus «indeseables».

Si se repasan estos seis meses de gobierno de Milei en la relación con China, puede decirse que no hay lo que se llama un giro de 180 grados, pero sí un entendimiento por parte del Presidente y su equipo sobre el peso de la potencia asiática en el mundo y en la economía argentina.

Milei en campaña decía: “No solo no voy a hacer negocios con China, no voy a hacer negocios con ningún comunista”. También decía:“Yo soy un defensor de la libertad, de la paz y de la democracia. Los chinos no entran ahí”. Pero cuando fue elegido presidente empezaron los cambios, aunque la primera medida fue retirar al país del proceso de entrada al bloque de los BRICS, que había promovido Xi bajo el gobierno de Alberto Fernández.

“Nosotros somos liberales. Y si la gente quiere seguir haciendo transacciones con China, puede seguir haciendo las mismas transacciones que hace siempre. Yo lo que dije es que no voy a estar alineado con comunistas, ¿y acaso estoy alineado con comunistas?”, sostenía en un ir y venir de definiciones que también generaron otras dudas cuando dijo a The Wall Street Journal que China ya no sería su socio estratégico y sí los Estados Unidos.

Después, el Presidente fue profundizando paso a paso su alianza con Washington, lo que implicó el compromiso de compra de 24 aviones supersónicos F16 a Dinamarca, que son estadounidenses, y no las aeronaves que ofrecía China. Los más altos funcionarios de la administración demócrata vinieron a la Argentina, o se entrevistaron con el gabinete libertario en EE.UU. Y en el mar argentino, el guardacostas James, y portaaviones USS George W. Washington hizo ejercicios con la Prefectura y la Armada Argentina. Es una zona de donde EE.UU quiere correr a China l

Seis meses después de asumir Milei, China pasó de ser el segundo socio comercial -hubo momentos en que ocupó el primer puesto- a ser el cuarto, recuerda a Clarín Patricio Giusto, director del Observatorio Sino-Argentino.

Aunque Estados Unidos busca correr a China en Argentina y Latinoamérica de la cooperación militar, de la logística y de los asuntos geoestratégicos, tolera en cambio los vínculos comerciales. “El mayor temor de China es la posibilidad de que Milei tome la decisión de avanzar, por mandato de EEUU, en la revisión de temas como la estación aeroespacial de Neuquén, o incluso la participación de Argentina en la Franja y la Ruta. Y es sumamente incierto el futuro de los grandes proyectos de infraestructura con financiamiento chino, todos paralizados y que están ocasionando despidos masivos en varias provincias”, agregó Giusto.

En su viaje a China, Mondino comprometió la continuidad de estas cuestiones, también de que Argentina y China seguirían bajo la categórica de aliados estratégicos integrales. Y si alguna vez la reunión de la Canciller con la representante de Taiwán Florencia Hsie, generó ruidos, el comunicado chino argentino dejó subrayado que la Argentina reconoce una sola China, sin mas distinciones. Fin.


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