Las palabras de Lucía Corpacci, crítica de la Ley de Bases, causaron cierto alivio en Unión por la Patria. Más allá del caso puntual, su confirmación de que se encamina a votar en contra funcionó como una muestra de que en algunos casos los senadores no responden a los gobernadores ni que las fugas en Diputados se replicarán linealmente en la Cámara alta.

Aun así la tensión interna en el peronismo se mantiene por los diferentes posicionamientos entre los mandatarios y las desconfianzas latentes, de cara a una votación con resultado incierto en la que un cambio de postura puede resultar determinante.

“El gobernador tiene la necesidad de buscar algún tipo de encuentro con el Gobierno porque las provincias necesitamos recursos de la Nación. Pero eso no significa que los legisladores no tengamos la obligación de responder al sector de la población que nos votó”, marcó la cancha Corpacci, dos veces mandataria en Catamarca. “Yo seguramente no acompañe”, completó en radio Diez.

Corpacci habló por ella, sin incluir a Guillermo Andrada, el otro senador peronista por Catamarca. En Diputados, tres legisladores que responden a Jalil votaron a favor del capítulo para crear el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), a los que se sumaron otros tres peronistas sanjuaninos. Los catamarqueños también colaboraron con el oficialismo en la restitución de Ganancias, y luego Jalil -tras reunirse con el ministro de Economía, Luis Caputo- declaró que “hay que darle las herramientas” al Gobierno.

Osvaldo Jaldo salió enseguida a respaldar a Jalil. Se trata de otro ejemplo de los diferentes escenarios en cada Cámara. El gobernador tucumano ordenó en enero a tres diputados romper con Unión por la Patria para funcionar como aliados de La Libertad Avanza. En el Senado tanto su rival local, Juan Manzur, como Sandra Mendoza mantuvieron el perfil opositor y rechazaron el mega DNU 70/23. “Por ahora no vamos a hacer ningún comentario”, transmitió suspenso Manzur este jueves.

Algo similar pasó con los legisladores de Salta. Gustavo Sáenz también había promovido el desprendimiento de tres diputados -votaron a favor de la Ley de Bases y el paquete fiscal-, aunque no conduce a los senadores Sergio Leavy y Nora del Valle Giménez, alineados con Cristina Kirchner.

Del otro lado, con perfil de opositor duro y a su vez subido al ring como oponente por Javier Milei, Axel Kicillof se comprometió ante la cúpula de la CGT en la marcha del miércoles a “hacer todo lo posible” para frenar la sanción de las dos leyes y adelantó que hablará con sus pares, no sólo los peronistas.

Antes de la caída de la versión anterior había llamado “hasta a (Alfredo) Cornejo”, contaron en La Plata para remarcar que incluso intentó con uno de los radicales más alejados de su postura, aunque a la vez aclararon que sus movimientos para impedir la aprobación no implican que la responsabilidad de la estrategia dependa del gobernador bonaerense.

Del mismo modo que Kicillof, y a diferencia de Jaldo, Jalil, Sáenz y otros mandatarios como Gerardo Zamora, el Gobierno ubica a Gustavo Melella en el lote de la vereda de enfrente. La fueguina Cristina López ya adelantó el rechazo. En la Casa Rosada tampoco abren expectativas sobre el formoseño Gildo Insfrán, el riojano Ricardo Quintela y el pampeano Sergio Ziliotto, pese a que en Diputados hubo versiones de que los riojanos podían colaborar con el oficialismo en algunos capítulos.

Lo mismo había trascendido con los santiagueños, luego de la reunión de Zamora con Guillermo Francos. No ocurrió: los siete votaron todo en contra. En el Senado, los tres representantes de la provincia responden al gobernador. Además de los 33 de Unión por la Patria, serán decisivas las posiciones de tres peronistas disidentes: la cordobesa Alejandra Vigo, el correntino Carlos Espínola y el entrerriano Edgardo Kueider. “Por ahora ninguno llega a los 37, ni nosotros ni el Gobierno”, aseguraron en el kirchnerismo.


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Por fmluzucom

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