No utilización de aire acondicionado ni calderas, corte del suministro eléctrico de todas las áreas comunes y ascensores solo para personas con movilidad reducida. La Universidad de Buenos Aires (UBA) dispuso a través de una resolución una serie de pautas para recortar gastos y así poder seguir funcionando. La decisión oficializada ayer se da luego de que la semana pasada alertaran que no podían garantizar todas las actividades de la casa de estudios en las condiciones actuales y se declaró en emergencia presupuestaria.

“Se disponen inicialmente a partir del lunes 15 de abril [por ayer], las siguientes pautas enumeradas a continuación, a los fines de mitigar el crecimiento inercial del gasto que desencadenaría en la imposibilidad de poder afrontar los compromisos asumidos por la Universidad”, dice la resolución del Consejo Superior, a la que accedió LA NACION.

Establecieron, por ejemplo, la no utilización de aire acondicionado ni de las calderas para todos los edificios de la Universidad, exceptuando a los hospitales; el apagado de iluminación en aulas y oficinse declaró en emergencia presupuestariaas iluminadas naturalmente y en espacios comunes de circulación; y la utilización de ascensores solo para aquellas personas con movilidad reducida y casos de asistencia o emergencia.

Enumeraron, además, que las convocatorias realizadas para los programas de investigación, ciencia y técnica y extensión universitaria estarán supeditados a la efectiva disponibilidad de presupuesto para poder ser afrontadas y que el Programa UBA en Acción estará limitado a las actividades financiadas por organismos externos a la UBA y/o aportes privados.

En la resolución señalan, además, que estas medidas de urgencia se suman a las que la universidad ya había implementado: plan de reducción de alquiler de edificios y readecuación de la seguridad.

Inflación y presupuesto

Con una inflación interanual cercana al 300%, las universidades comenzaron el año –al igual que tantas otras áreas del Estado– con el mismo presupuesto nominal que se le asignó en septiembre de 2022 para funcionar durante todo 2023, dado que el de 2024 nunca se aprobó en el Congreso de la Nación. Según difundieron desde la casa de estudios, pese a la actualización parcial anunciada por el Gobierno un día antes del paro convocado para el 14 de marzo, los fondos para gastos de funcionamiento implican un recorte en términos reales del 80%. Por cada $10 que contaba la UBA en marzo de 2023, hoy tiene $2.

Al declararse en emergencia, denunciaron, además, que los hospitales universitarios no recibieron ningún recurso por parte de la administración de Javier Milei.

“A modo de ejemplo, las facturas de energía eléctrica se han multiplicado casi por siete en el período abril 2023-abril 2024 (577% de incremento). Si comparamos esas mismas facturas con lo abonado en febrero 2024, el incremento alcanza un 324% en tan sólo los últimos dos meses”, apunta la resolución de ayer.

En tanto, desde el Gobierno consideran que es un problema futuro. “Nosotros hicimos los ajustes presupuestarios que creíamos convenientes. En tal caso, es un problema que entiendo las universidades plantean no para ahora, sino que les va a ocurrir en un futuro”, dijo la semana pasada en una de sus conferencias Manuel Adorni.

Y afirmó: “No va a haber ningún cambio presupuestario por las facturas de luz”.


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Por fmluzucom

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