El Gobierno dio un paso importante en procura de hacer posible su objetivo de terminar el presente año con equilibrio o hasta superávit: consiguió postergar hasta por cuatro años el 77% de los pagos por deuda en emitida en pesos que había heredado y con los que debía cumplir durante 2024.

En concreto, despejó compromisos de pago por $42,6 billones (del total de $55 billones a valores de hoy que enfrentaba) al canjear bonos de distinto tipo y con tasa de interés que vencían este año por otros por vencer entre 2025 y 2028 y emitidos con cupón cero.

Esto ya le permite este año obtener un ahorro de intereses “por $555.000 millones o 0,1% del PIB”, destacó la Secretaría de Finanzas en el comunicado por el que anunció los resultados de esta operación.

Al resultado aportaron principalmente, tal como se descontaba, los distintos organismos públicos (Banco Central, FGS, Banco Nación, entre otros) que tenían en cartera más de dos tercios de los bonos “elegibles para el canje”. “El sector público participó casi con la totalidad de sus tenencias”, señalaron.

A ellos se sumaron inversores institucionales locales (bancos, fondos comunes de inversión, compañías de seguro, entre otros) que aportaron “aproximadamente el 17,5% de sus tenencias”, según detallaron. Esto indicaría que poco más de la mitad de los privados aceptaron la conversión.

La operación despeja el horizonte de vencimientos de deuda que enfrentará la gestión Milei en el primer año, lo que facilitará la refinanciación de la deuda que le vaya venciendo y lo ayudará que esta sea posible a tasas bajas, algo imprescindible para su objetivo de cerrar el año con superávit pleno (fiscal y financiero).

De hecho, con la conversión la vida promedio del perfil de vencimientos de deuda en pesos que enfrenta le sube de poco más de cinco meses a tres años.

En el mercado se descontaba una tasa de adhesión de este nivel, en especial, luego de que el BCRA dispusiera anoche -de manera sorpresiva y pese a que eran muy negativas en términos reales- una fuerte baja de las tasas de interés.

“No tengo dudas que bajó la tasa ayer agresivamente para empujar al mercado a que vaya al canje”, había advertido el economista y consultor Fernando Marull (FyMA). Fue “una invitación de prepo al canje, ya que el mercado, a partir de la baja de tasas, se quedó sin muchas alternativas”, explicó.

En especial, apenas se supo además que ayer nomás -en la antesala del canje de deuda- el BCRA había estado comprando bonos CER “canjeables” en el mercado secundario por $551.000 millones. “Si bien lo hizo, dado que llegaron a los precios que lo obligaban, según lo planteado en la comunicación “A” 7954, a comprar para evitar caídas mayores en sus precios fue un movimiento sugestivo”, observaron desde la consultora Outlier.

Según los operadores de mercado, el BCRA estuvo comprando el lunes la LECER mayo (X20Y4), el TZX25 y el TZX26. “En términos de monto en circulación de los bonos habría comprado casi el 8% de la emisión de TZX26 y más del 10% de la de TZX25″.

“Sin duda el resultado estuvo muy en línea con lo esperado. Adentro todo el sector público y algo chico de privados, que me imagino, vino de las compañías de seguros”, opinó Leonardo Chialva, director de Delphos Investment.

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