Los índices de precios al consumidor (IPC) de España y Francia presentaron una aceleración en febrero, según informaron sus respectivos institutos nacionales de estadística, lo que vuelve a colocar bajo presión la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE).
España
En el caso de España, la inflación interanual habría registrado un incremento de 6,1%, dos décimas por encima de la de enero, mientras que la tasa mensual fue del 1%, la mayor desde junio último, según el informe preliminar del Instituto Nacional de Estadística (INE).
En el caso del índice anual, se trata de la segunda alza consecutiva tras el dato de enero, lo que ratifica el freno a una tendencia a la baja que había comenzado tras alcanzar un pico de 10,8% en julio del año pasado.
El aumento de este mes se debe al alza de los precios de electricidad que registraron un incremento respecto al descenso que tuvieron en febrero del año pasado, mientras que los valores de los alimentos y bebidas también tuvieron un aumento, en este caso, mayor al del mismo mes de 2022.
Uno de los factores que influyó, en ese sentido, es el fin de la bonificación del Estado a las naftas del mes pasado –medida implementada el año pasado por el fuerte alza de los mismos- lo cual terminó encareciendo el valor en el surtidor.
Por el contrario, tuvieron descensos los precios de los carburantes y lubricantes; y el del transporte combinado de pasajeros.
La inflación subyacente -que excluye los precios de la energía y descuenta las variaciones estacionales- también avanzó y alcanzó un 7,7%, dos décimas más que en enero, y un récord desde que comenzó la serie en 1986.
En tanto, el Índice de Precios al Consumo Armonizado (IPCA), que permite las comparaciones con otros países de la zona euro, se situó en 6,1% a tasa interanual, según el INE.
Francia
Por su parte, en Francia el dato inflacionario marcó un 7,2% anual en febrero, cifra que la situó por encima al dato de los últimos dos meses, según informó el Instituto Nacional de Estadísticas y Estudios Económicos (INSEE) y difundió la agencia AFP.
«Esta ligera subida de la inflación se debe a la aceleración de precios de los alimentos y servicios«, explicó el organismo.
Ambos datos confirman la persistencia de la inflación y las dificultades para poder bajarla en el continente europeo, lo cual pone contra las cuerdas al Banco Central Europeo (BCE) y su política monetaria.
Este mes, la entidad definió el quinto incremento de tasas –de 50 puntos porcentuales- desde julio pasado.
Esto colocó a la tasa de interés para las operaciones de financiación, la de depósito y la de facilidad de préstamo en 3%, 2,50% y 3,25%, respectivamente, el nivel más alto desde 2008.
En el último encuentro, el Consejo Gobernante confirmó por anticipado que habrá otro incremento de 50 puntos en la próxima reunión.
La incógnita es que ocurrirá luego: los últimos datos negativos de inflación –especialmente en los índices subyacentes- podrían inclinar la balanza a una postura aún mas dura del órgano monetario.
Las subas de Francia y España tomaron de sorpresa a los analistas y los inversores ahora apuestan por un pico récord de 4% en las tasas del BCE descartando cualquier tipo de recorte para este año, según la agencia Bloomberg.
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