Por Enrique Franco Zaremba con la estrecha colaboración en esta nota de Witold Roman Kopytynski (historiador).

Nos encontramos ante una escalada bélica de la hoy FEDERACION RUSA.

La mayoría de las noticias e informaciones se deben basar en la HISTORIA para comprender el conflicto.
Para ello en esta primera parte doy al lector una breve reseña escrita por el amigo WITOLD ROMAN KOPYTYNSKI

Ucrania formó parte de Polonia desde 1018, siempre la margen oeste del Dniepr fue parte de Polonia. La margen este fue una tierra de nadie hasta que Catalina la ocupó denominándola Novorossija en el s. XVIII. Los ucranianos occidentales son uniatas; los orientales ortodoxos con dependencia del Patriarcado de Moscú.

El Tratado de Hádiach (polaco: ugoda hadziacka) fue un tratado firmado el 16 de septiembre de 1658,​ en Hádiach entre Polonia-Lituania, representada por S. Bieniewski y K. Jewłaszewski, y el Hetmanato cosaco representado por el hetman Iván Vigovski, el starshyna (sztarszna, el mayor) Yuri Nemýrych, artífice del tratado,​ y Pavló Teteria. El documento disponía que se crease una nueva unidad administrativa de cosacos y Rutenos —el Gran Ducado de Rutenia— igual en derechos a las existentes de polacos y lituanos en la Unión Polaco-Lituana,​ transformando de hecho a Polonia-Lituania en Polonia-Lituania-Rutenia (polaco: Rzeczpospolita Trojga Narodów, “Mancomunidad de Tres Naciones”).​

Kiev no es la cuna u origen del imperio ruso. Imperio y zares existen solamente desde Iván IV que era príncipe de Moscú (más estrictamente Kniaz), y en 1547 se proclama «zar de todas las Rusias» (así traducido al castellano e idiomas occidentales); en realidad se proclamó Car Wszechrusi es decir Zar de todas la Rutenias (blanca = Belarus, roja = hoy Ucrana y negra que está entre las dos anteriores y nunca tuvo un estado). Por tanto el principado de Moscú no es el creador más que del imperio ruso, con dominio solo sobre Moscú, que por ese entonces se había librado de la Horda de Oro que por 500 años dominó Moscú, Novgorod, y la margen oriental del Dnieper. Las Rutenia por aquel entonces formaban parte de la Mancomunidad Polaco-Lituana. Iván IV cometió literalmente un atropello, y dio lugar a una confusión que hasta hoy perdura, y que confunde Rus (Rutenia) con Rusia (Rossija).
Por tanto la invasión de Putin es simplemente porque puedo y se me da la gana, no porque tenga derechos y aspiraciones de reunificación de la Santa Madre Rusia, eso es pasto para la ignorancia de algunos sectores de la población occidental.
Por otra parte las exigencias frente a la OTAN no dejan de tener cierta razonabilidad desde la visión rusa, pero no justifican la invasión y anexión. Ucrania puede tener un status como el de Finlandia, de neutralidad militar y se dirime el conflicto.

Es un tema muy extenso, y complejo para entender. Lo que no les ayuda a los ucranios es darles ese status de «cuna del impero ruso». Putin es continuador de la geopolítica de Iván IV, Lenin y Stalin. Nihil nove sub sole.

Ucrania formó parte de Polonia desde 1018, siempre la margen oeste del Dniepr fue parte de Polonia. La margen este fue una tierra de nadie hasta que Catalina la ocupó denominándola Novorossija en el s. XVIII. Los ucranios occidentales son uniatas; los orientales ortodoxos con dependencia del Patriarcado de Moscú. Los uniatas y ucranios occidentales a través de sus Atamanes siempre han sido pro-polacos buscando protección del Reino y la Rzeczpospolita Polaca.

Hay que pensar de qué modo Ucrania conserva su identidad y cohesión territorial; de qué modo Polonia puede acudir en auxilio de una Ucrania articulada con Polonia, como la ha sido durante varios siglos (con idas y venidas, por supuesto).


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