El foco de los fiscales estará puesto en poder determinar si la atención médica domiciliaria era la adecuada para un paciente como Maradona y en por qué nadie lo controló en 12 horas.

Es que según las testimoniales de las personas que convivían con él en la casa del country San Andrés, el último que lo vio con vida fue su sobrino Johnny Herrera el martes a las 23.30 y recién entraron a la habitación y notaron que algo andaba mal a las 11.30 de ayer, cuando llegaron el psicólogo y la psiquiatra personal del «10» para una visita.

Si bien hubo trascendidos desde el entorno del exfutbolista que indicaban que ayer por la mañana se había despertado y luego descompensado, fuentes judiciales aclararon a Télam que en el expediente «no hay dobles versiones» y que todos los testimonios fueron coincidentes en que a Maradona se lo vio por última vez con vida la noche anterior.

Incluso, en la habitación estaban intactos los sándwiches de miga que la noche anterior le había dejado la cocinera para cenar, según confiaron las fuentes.

También se hallaron en la habitación varias cajas de psicofármacos y ampollas de otro tipo de medicamentos, como Taural y Reliveran.

La fiscal Laura Capra y el fiscal general adjunto de San Isidro, Cosme Iribarren, fueron los encargados de tomar ayer por la tarde todas las testimoniales claves.

Ante ellos ya declararon el sobrino Herrera, Maximiliano Pomargo (asistente personal de Maradona y cuñado del abogado Matías Morla), la cocinera apodada «Monona», la enfermera del turno mañana, la psiquiatra Agustina Cosachov, el psicólogo Carlos Díaz, un médico vecino que llegó para ayudar y el médico del servicio de emergencias que llegó primero y le hizo RCP, y un empleado de seguridad identificado como Julio Coria.

Se espera que en las próximas horas, puedan localizar y hacer declarar también al enfermero que hizo el turno noche y a las 6 de la mañana terminó su turno para ser reemplazo por la del turno mañana, quien sólo contó que no notó nada raro y prefirió «dejarlo dormir».

El médico personal de Maradona, Leopoldo Luque, quien fue el que el pasado 11 de noviembre firmó el alta médica para que su paciente abandone la Clínica Olivos donde había sido operado de un hematoma subdural en la cabeza, todavía no fue citado a declarar como testigo porque justamente, al ser el máximo responsable de la atención médica del ex futbolista, su actuación está bajo la lupa.

«Vamos a analizar bien todo lo que surja de la historia clínica, de la autopsia y de los testimonios del expediente para ver si hay algún tipo de responsabilidad. Si llega a haberla podría convertirse en imputado, y si no, a su momento será llamado como testigo», dijo a Télam una fuente judicial directamente ligada al expediente.

La misma fuente aclaró que «si bien se investigará la actuación médica, lo cierto es que de todos los testimonios volcados en la causa también queda claro que Maradona era un paciente difícil, que no se dejaba tratar».

El abogado Matías Morla, quien era el actual representante del excapitán de la selección, afirmó hoy en un tuit que «es inexplicable que durante 12 horas» Maradona «no haya tenido atención ni control por parte del personal de la salud abocado a esos fines», denunció que «la ambulancia tardó más de media hora en llegar» a la casa y anunció que va a pedir que «se investigue hasta el final de las consecuencias».

Fuentes judiciales indicaron que por el momento el equipo de fiscales liderado por el fiscal general de San Isidro, John Broyad; e integrado por sus adjuntos Patricio Ferrari y el ya mencionado Iribarren, y por la fiscal Capra, no tienen planeado citarlo a declarar como testigo y aclararon que por el momento «no representa a nadie en la causa judicial».

Tras la autopsia, comienzan los estudios toxicológicos de orina y sangre de Maradona

La orina y la sangre extraídas en la operación de autopsia de Diego Armando Maradona comenzarán hoy a ser analizadas para los exámenes toxicológicos ordenados por la Justicia.

Las muestras serán remitidas hoy a los laboratorios de la Policía Científica de San Martín, cuyos expertos serán los encargados de detectar si el exfutbolista tenía rastros de alcohol o algún tipo de droga, fármaco o sustancia tóxica.

«Sabemos que era un paciente hipermedicado, ahora veremos qué surge en los resultados», dijo a Télam uno de los investigadores.

La sangre y la orina no fueron las únicas muestras recolectadas ayer en la autopsia para estudios complementarios. Según las fuentes, los médicos también preservaron entero el corazón de Maradona -cuyo peso fue «el doble de lo normal»-, para los exámenes histopatológicos, que son aquellos en los que se analizan en forma microscópica los órganos y tejidos.

Además se recolectaron muestras de tejido adiposo, de pelos, y se hicieron varios hisopados, todos elementos que serán enviados mañana a otro laboratorio, el de la sede central de Policía Científica de La Plata.

La autopsia determinó que Maradona murió a las 12 del mediodía de ayer como consecuencia de un «edema agudo de pulmón secundario a una insuficiencia cardíaca crónica reagudizada» y descubrió en su corazón una «miocardiopatía dilatada».

La necropsia se hizo en la morgue del hospital de San Fernando, duró tres horas, fue filmada a dos cámaras y estuvo encabezada por el jefe del Cuerpo Médico de San Isidro, Federico Corasaniti, quien también fue el encargado de recolectar el cadáver del excapitán de la selección argentina, en la casa de Tigre donde falleció.

Junto a Corasaniti, estuvieron presentes en la autopsia otros cuatro peritos oficiales: el director de Medicina Legal de la Policía Científica bonaerense, Carlos Cassinelli; el jefe de la morgue de San Isidro, Agustín Grimoldi; el jefe del Cuerpo Médico de San Martín, Alejandro Vega, y el jefe del Cuerpo Médico de La Plata, Javier Grubiza.

Como perito de parte propuesto por la exmujer de Maradona, Claudia Villafañe, también actuó a modo de veedor de la autopsia, el médico Mario Schiter, quien ya había tenido como paciente al exfutbolista cuando estuvo internado en Uruguay y cuando se trató en Cuba.

Por fmluzucom

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