El problema para el Gobierno es que dentro del Presupuesto para el próximo año el Ministerio de Economía calculó los ingresos de este tributo, a partir de la aplicación libertaria del régimen para poder comprar los u$s200 habilitados. Esto es, sin mayores restricciones para que cualquier argentino habilitado pueda adquirir esas divisas, pero pagando un 30% de sobreprecio. Esos $342.713 millones significaban un 82% más que el proyectado para este año y representaría un aporte (según el promedio de 101 del dólar que calcula el propio Presupuesto para el próximo año) unos u$s3.400 millones de ingresos. Para tener una idea de lo que debería haber aportado, el monto hubiera alcanzado largamente para cumplir en tiempo y forma con los u$s154 millones correspondientes al servicio de intereses de la deuda emitida bajo legislación local e internacional dentro de la última reestructuración de la deuda soberana. También hubiera alcanzado, en el caso que no haya pacto, para clausurar el acuerdo pendiente, y en default, con el Club de París por unos u$s1.866 millones. Eventualmente también hubieran ayudado a cumplir con los vencimientos de Letras Intransferibles del Banco Central correspondientes a 2021, que alcanzaría los u$s9.625 millones.

Pero fundamentalmente, y este era el eje de la visión de Guzmán para el próximo ejercicio, los ingresos serán fundamentales para reducir a la mitad el déficit fiscal presupuestado por Economía entre 2020 y 2021, variable que debería pasar del 7,5%/8% esperado para este ejercicio a un 4,5%. Según la alquimia de Guzmán, este déficit se reduciría por la combinación indispensable entre el aumento de la recaudación fruto del aumento de la actividad (el país crecería 5,5% contra una caída de 12,1% este año) y una reducción del gasto fruto de la disminución de los aportes de fondos públicos a los planes de contención aplicados durante la pandemia. En este esquema, esos $342.713 millones son fundamentales. Según las estimaciones generales de incrementos en la recaudación, el impuesto PAIS era además el que mayor crecimiento porcentual traería entre 2020 y 2021, superando al resto del mosaico tributario e incluyendo el IVA, Ganancias, Débitos y Créditos Bancarios y cualquiera de los tributos internos, previsionales y aduaneros. Incluso más que las retenciones a las exportaciones que, según el Presupuesto, continuarían igual en 2021. El incremento en los ingresos por el PAIS (82%) estaría justificado, según el oficialismo, en la apertura en 2021 (vacuna contra el covid mediante) de las fronteras internacionales y el retorno de los viajes al exterior por turismo y empresas, lo que haría crecer los gastos en dólares y divisas en el exterior vía tarjetas de crédito y débito, así como los retiros de efectivo en el exterior.

La visión fiscalista del problema difiere radicalmente con los números que se ejecutan desde el Banco Central. La entidad que maneja Miguel Pesce suma y resta y llega a la conclusión de que las trabas funcionaron, si la intención era la de frenar una sangría de reservas que de no haber mediado la aplicación de las restricciones, hubieran provocado una pérdida de unos u$s1.200 millones mensuales.

Por fmluzucom

Deja una respuesta