Las cifras, siempre en este estadio previo a los resultados finales y sin tener en cuenta a la información de plataformas, permiten extraer también otras conclusiones, y es que el consumo de información noticiosa fue superior durante la campaña que en la noche de la elección. Dos de los programas políticos de Fox News en horario central, conducidos respectivamente por Tucker Carlson y Laura Ingraham, alcanzaron su mayor audiencia histórica en la semana previa a las elecciones. El rating de Fox News esa semana fue equivalente al de sus rivales en el cable CNN y MSNBC juntos.

Uno de los aspectos más destacables de la cobertura de los sufragios fue la prudencia que observaron la casi totalidad de las cadenas cuando se trató de informar sobre la marcha de los comicios en los estados llamados “swinging” o “battleground states”, es decir, aquellos no atados históricamente ni a Republicanos ni a Demócratas, y cuyos resultados pueden dar vuelta una elección, como Florida, Iowa, Ohio y Texas.

En esta dirección, la cobertura de Fox News fue la más libre, y la que con alguna primicia aventajó a sus competidores. Por ejemplo, fue Fox la primera en anunciar el triunfo de Joe Biden en Arizona. Esto, según se explicó, obedece a que la señal (tradicionalmente inclinada hacia los republicanos) se maneja con información propia o que elabora en conjunto con la agencia noticiosa Associated Press, en tanto que señales como ABC, CBS, CNN y NBC comparten una misma base informativa como miembros de la National Election Pool (Encuesta Electoral Nacional). A señalar, también, la conducta de la mayor parte de las cadenas cuando Donald Trump, pasada la medianoche, salió a proclamar su triunfo. La NBC lo interrumpió con una periodista que habló en directo sobre sus palabras, y hasta Fox (según se dijo antes, más cercana al presidente) aclaró posteriormente, a través de uno de sus periodistas estrella, Chris Wallace, que se estaba viviendo “una situación muy inflamable y el presidente está echando un fósforo encendido”.

La tecnología, como ocurre cada cuatro años, siempre es superior y cada vez más sorprendente. En este caso, la totalidad de los canales, tanto de aire como de cable, se valieron de lo que llamaron el “Magic Wall”, una pizarra electrónica interactiva en la que el presentador encargado de explicar la evolución de los comicios, estado por estado, podía recurrir a “realidad aumentada” y 3D permanente. Así, por ejemplo, los gráficos comparativos entre los sufragios de 2016 y el del martes eran inmediatos, al igual que el resto de la data de porcentajes, tendencias, composición del voto y proyecciones. Fox agregó una pantalla tridimensional de la Casa Blanca y el Congreso.

La incorporación de esa “pantalla mágica” que superó en tecnología a las que se empleaban en sufragios anteriores permitió también crear una especie de “estrellas del Magic Wall”, esto es, presentadores capaces de manejar a la perfección los múltiples recursos de tales pantallas, y que a la vez poseían una esperable cuota de histrionismo para dirigirse a la audiencia.

En la cobertura de CNN, los datos aportados por los corresponsales en los distintos estados acentuaron numerosos detalles relativos al covid. Mostraron cantidad de imágenes de votantes con máscaras faciales y caretas de plástico, y sus cronistas también exhibieron barbijos durante su labor, aunque cuando estuvieran en piso. Entre los testimonios de especialistas consultados por la CNN se contaron algunos cuyas áreas se vinculaban indirectamente con la política. Por caso Edward Maddox, profesor de lenguaje de la Universidad de Detroit.

Por fmluzucom

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