
La situación de los y las trabajadores/as esenciales tampoco fue fácil: acudir al espacio laboral con el temor de contagiarse o contagiar a la familia, o lidiar con las tareas de la casa y de cuidado, en contextos donde no se brindaban facilidades para hacerlo, también configuraron entornos preocupantes.
Comparando los datos de la Oficina de Asesoramiento de Violencia Laboral en los primeros 9 meses del año (de enero a septiembre) se advierte que en el contexto de la pandemia aumentaron las consultas y denuncias por violencia laboral en un 19% respecto del año anterior. Esto puede deberse a que hubo más casos o que hay mayor conciencia social.
En relación a los tipos de violencia, nos encontramos que la más denunciada es la psicológica (75% de las denuncias del 2020) y la nueva forma sobre la que se consulta en el 2020 es la económica: se relaciona con despidos discrecionales, reducción o falta de depósito de los salarios, amenazas de despidos, no provisión de EPP y presión a los/as trabajadores/as no esenciales para que rompan el aislamiento. En el 2020 esta forma de violencia, que no aparecía en los informes anteriores de la OAVL, alcanzó un 20%.
Al mismo tiempo, la OAVL hace referencia a nuevas modalidades de violencia psicológica como el chantaje emocional y la sobreexigencia; y en relación al trabajo desde el hogar, con directivas poco claras o ausencia de ellas.
En cuanto a los sectores que denuncian, se observa un aumento de consultas en el sector de la salud del 218,5% (comparado con el 2019), que se puede relacionar directamente con el rol fundamental que adquirieron los/as trabajadores/as de la salud en la contención de la pandemia. Vale mencionar, que aunque la información no está desagregada por género, esta actividad se encuentra altamente feminizada, y por lo tanto, gran parte de las consultas y/o denuncias son realizadas por mujeres.
Desde Grow consideramos que estos comportamientos violentos dan cuenta de prácticas sedimentadas en las instituciones a lo largo de los años, que no se corresponden con el cambio de paradigma adoptado a nivel nacional e internacional. El Convenio 190 de la OIT, recientemente ratificado por nuestro país, insta al Estado, los sindicatos y las organizaciones empleadoras a tomar medidas para terminar con la violencia y el acoso en el mundo del trabajo, y reconoce que estas situaciones afectan de manera desproporcionada a mujeres y grupos vulnerables.
Prevenir y eliminar la violencia laboral es una tarea compartida porque la transformación cultural es colectiva.
(*) Georgina Sticco, cofundadora y directora de Grow, y Marisol Andrés, investigadora de Grow