
Esta malla de cobre, que funciona gracias a una pequeña pila de 9 voltios, ralentiza e inactiva el virus. La misma está hecha de neoprene y fue desarrollada idealmente para el personal de la salud, pero sirve para toda la población.
“Las máscaras que usamos ahora están diseñadas para capturar parte del virus. Ofrecen protección, pero nadie está pensando realmente en inactivar el virus y esterilizar el aire. Eso me sorprendió”, aseguró Michael Strano, profesor del MIT.
Luego, el profesor Samuel Faucher aclaró que el barbijo es cómodo y fresco para las personas: «El aire se enfriará después de la inactivación viral para que la máscara sea cómoda y segura de usar».
A 90°, se puede lograr la reducción de entre mil y un millón de partículas virales. Esa temperatura se puede alcanzar con la malla de cobre colocada en el barbijo.