
De los casos de octubre, 851 fueron mujeres, un aumento del 82,6% respecto al mismo mes de 2019. El número de suicidios de hombres aumentó un 21,3%.
Los casos de suicidio habían disminuido de manera constante hasta julio, hasta que el impacto económico del brote del coronavirus golpeó los hogares y los números comenzaron a aumentar, dijeron activistas.
Las mujeres, que tienen más probabilidades de tener un empleo no permanente en las industrias minorista o de servicios, se han visto desproporcionadamente afectadas por la pérdida de puestos de trabajo.
A lo largo de los siglos en Japón, el suicidio ha sido una forma de evitar la vergüenza o el deshonor. Durante muchos años, recibir ayuda psicológica estuvo estigmatizado y Japón tiene la triste distinción de tener la tasa de suicidio más alta entre los países del G-7.
No obstante, cuando los suicidios alcanzaron un pico de 34.427 en 2003, los alarmados legisladores elaboraron un programa de prevención integral lanzado en 2007.
A través de una combinación de esfuerzos gubernamentales y corporativos que incluyeron la identificación de grupos de riesgo, limitar las horas extra y facilitar la recepción de consejo, los suicidios disminuyeron a poco más de 20.000 el año pasado.