En estos días, la mayoría de los medios de comunicación se hicieron eco de la adquisición de aviones caza (F-16) para recuperar la capacidad de operaciones aeroespaciales de Argentina. El debate generó distintas opiniones y enfoques, con planteos centrados en el costo de este sistema de armas, procurando relativizar el asunto

Por Jorge Alberto Martino y Luis Norberto Martínez Reumann

Oficiales del Ejército durante la duodécima edición del Ejercicio Escuela de Fuego

Los prejuicios son opiniones creadas, generalmente negativas, sobre aspectos de los cuales no se tiene mucho conocimiento. La realidad es la existencia real y efectiva de algo; lo que ocurre verdaderamente.

En estos días, la mayoría de los medios de comunicación se hicieron eco de la adquisición de aviones caza (F-16) para recuperar la capacidad de operaciones aeroespaciales de Argentina. El debate no tardó en generar distintas opiniones y enfoques.

Los planteos se centraron rápidamente en el costo de este sistema de armas, procurando relativizar el asunto, particularmente por el escenario de ajuste fiscal que está atravesando el país.

Prejuicios

El 26 de abril del corriente año, por Decisión Administrativa 252/2024, fue aprobado el gasto para la adquisición del Sistema de Armas F-16 por un monto total de DOLARES ESTADOUNIDENSES TRESCIENTOS UN MILLONES DOSCIENTOS MIL (USD 301.200.000) a erogar en CINCO (5) cuotas anuales.

Dicho gasto se imputará a la Jurisdicción Ministerio de Defensa y a la Subjurisdicción Estado Mayor General de la Fuerza Aérea Argentina.

Este hecho de administración pública, nos debería colmar de orgullo patriótico y marcar un sendero virtuoso de reconstrucción de nuestro Sistema de Defensa, con la firme decisión de revertir la historia de las últimas décadas.

La capitalización de las Fuerzas Armadas exige un enfoque abarcativo de todo el instrumento militar de manera decidida y urgente, considerando el largo y progresivo período de desinversión al que fueron sometidas.

Este esfuerzo ciudadano debemos realizarlo procurando dejar de lado prejuicios e inexactitudes que oscurecen la visión y ralentizan su accionar.

En tal sentido, sería conveniente evitar calificativos como caro, oneroso, barato, económico, etc., especialmente cuando nos referimos a la Defensa Nacional, una actividad esencial para la preservación de la integridad de la Nación a través de la salvaguarda de sus intereses vitales.

El abordaje de esta inversión obliga a comprender que estamos frente a algo más que un mero negocio, sin considerar la perspectiva estratégica del país. Máxime teniendo en cuenta la ocupación ilegal y la sustracción de recursos naturales por parte del Reino Unido sobre una superficie cercana a 2.600.000 km²; casi otra Argentina continental usurpada en el mar.

Las Fuerzas Armadas emplean complejos sistemas aéreos, navales y terrestres que operan en ambientes rigurosos y generalmente expuestos a condiciones extremas.

En este contexto, sería desacertado calificar a una u otra de las Fuerzas como barata o cara solo por el precio eventual de la adquisición de un medio o el costo acumulado en un período de tiempo, ya que no estaríamos evaluando los múltiples factores que influyen directa o indirectamente en la distribución eficaz y eficiente de recursos.

Sin olvidar, por cierto, que no es equivalente operar en tierra, aire o mar, cuando se pretende evitar un perjuicio a los intereses vitales de la Nación, contemplando la totalidad del escenario de jurisdicción e interés nacional.

Realidades

El actual presidente de la nación se autodefinió: “Soy filosóficamente anarcocapitalista, pero en la vida real soy minarquista”.

El minarquismo es una filosofía política que propone un modelo de Estado cuyas únicas funciones son proporcionar a sus ciudadanos seguridad, defensa y justicia, protegiéndolos de robos, agresiones externas y haciendo cumplir las leyes de la propiedad. Es decir, un modelo de Estado mínimo que asegure la existencia de la Nación.

Sin pretender hacer juicios de valor y con el único propósito de enriquecer el análisis, consideramos conveniente canalizar algunos aportes de información vinculados al presupuesto de Defensa, derivados principalmente de datos publicados por la Secretaría de Hacienda del Ministerio de Economía.

La inversión en Defensa que ha destinado el Estado Nacional en los últimos 30 años se refleja en el cuadro que incorporamos a continuación:

Como puede apreciarse, la tendencia del crédito devengado (efectivamente invertido) por la Jurisdicción Ministerio de Defensa (MINDEF) es decreciente en proporción al valor del PBI, independientemente de que existan en el período de análisis lapsos de expansión o reducción del gasto de la Administración Pública Nacional (APN).

Como conclusión preliminar, podemos inferir que, independientemente del espacio político gobernante, el desfinanciamiento de la Defensa ha sido una política de Estado.

Los argentinos no somos la excepción. En el año 2020 (año de la pandemia), el profesor Antonio Fonfría de la Universidad Complutense de Madrid publicó una Carta Abierta a los políticos de España, en la que recomendaba: “No es el momento de reducir el presupuesto de defensa… Soy plenamente consciente de las necesidades existentes en otras áreas, como sanidad, educación, etc. Sin embargo, la defensa se encuentra en manos del Gobierno de España, al ser -o deber ser-, una política de Estado… Comenzando por su evolución, los distintos gobiernos no han dado prioridad a la defensa ni en sus programas electorales ni en sus debates…”.

En definitiva, todos sin excepción, dirigentes políticos, empresarios, funcionarios públicos e inclusive nosotros, los ciudadanos argentinos de a pie, no hemos priorizado la Defensa con la determinación necesaria. En consecuencia, cabe preguntarnos: ¿cuál es la oportunidad de comenzar a hacerlo?

Con las aclaraciones expresadas y con la intención de contar con información objetiva, incorporamos un cuadro comparativo de los gastos de Funcionamiento e Inversión en Bienes de Uso efectuados por las Fuerzas Armadas en tres años (2015, 2019 y 2023), correspondientes a tres gestiones de signos políticos distintos en la última década.

En este gráfico, actualizado al 10-04-2024, se evidencia cuál debería haber sido el crédito otorgado (en millones de pesos) para FUNCIONAMIENTO (créditos de Bienes de Consumo y Servicios no Personales) si se hubiera acompañado el impacto inflacionario desde 2017 (último año en que el presupuesto de la Jurisdicción Ministerio de Defensa se acercó al 1% del PBI), hoy por debajo del 0,4% de ese indicador.

Cabe recordar que, en los primeros años de este siglo, el Poder Ejecutivo (PE) y su Ministerio de Defensa (MINDEF) constituyeron las bases del modelo de PLANEAMIENTO ESTRATÉGICO actualmente en vigencia, hecho que dio inicio al primer Ciclo de Planeamiento, estableciendo la pauta económica para mejorar y perfeccionar el sistema de defensa argentino: “alcanzar en el año 2020 una inversión en Defensa del 1,5% del PBI y mantenerla hasta el año 2040″.

Dicho horizonte adoptaba lo que en aquel entonces, y en la actualidad, es aproximadamente el gasto promedio de los países de la región en Defensa, 1,6% del PBI.

Detalles sobre los desvíos alcanzados entre lo oportunamente programado y lo acontecido se reflejan en el artículo publicado en este portal el 12-02-2024, titulado “El presupuesto de Defensa en un escenario de alta inflación”.

Oportunidad

Durante el mes de abril, el Ministerio de Economía inició el proceso de elaboración presupuestaria para el año 2025 y el presupuesto plurianual 2025-2027, a través de la publicación del Cronograma de Elaboración del Presupuesto Nacional 2025-2027 (Resolución 186/2024).

Si consideramos lo indicado en el mencionado cronograma para las Actividades 13 y 16, merecen destacarse las siguientes tareas:

– Actividad 13: Preparación de Techos Presupuestarios (límites presupuestarios) 2025-2027 (Subsecretaría de Presupuesto y Oficina Nacional de Presupuesto), con fecha de inicio 06/05/2024 y finalización 01/07/2024.

– Actividad 16: Aprobación y comunicación a las jurisdicciones y entidades de la Administración Nacional de los Techos Presupuestarios (límites presupuestarios) 2025-2027 (Jefatura de Gabinete de Ministros y Ministerio de Economía), con fecha de inicio 01/07/2024 y finalización 12/07/2024.

Por consiguiente, para el Ministerio de Defensa, durante los meses de mayo y junio se producirá el hecho más importante dentro del proceso de formulación presupuestaria, que durará hasta el 15 de septiembre, oportunidad en la que el Poder Ejecutivo elevará el Proyecto de Ley de Presupuesto 2025.

La elaboración de Techos Presupuestarios (límites presupuestarios para el gasto de las Fuerzas) y su aprobación condicionarán de manera determinante la planificación, programación y presupuestación de las necesidades del Instrumento Militar para el trienio 2025-2027. Por esta razón, se torna imprescindible que las máximas autoridades del Poder Ejecutivo (Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, Jefe de Gabinete de Ministros, Ministro de Defensa y Jefe del Estado Mayor Conjunto) sean los funcionarios que interactúen personalmente, en procura de establecer límites financieros realistas, no quedando librado a gestiones administrativas de segundo nivel.

La oportunidad para la Defensa es ahora. Está en la órbita de funcionarios y dirigentes políticos establecer un horizonte financiero realista, mínimamente en sintonía con los vigentes en la región (1,6 % del PBI), acorde a los riesgos y desafíos que afronta y afrontará la Nación, dando inicio a un postergado ciclo de recuperación sostenido y sustentable.


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