Keeley Wilson, de 36 años y residente de Rochdale, Greater Manchester, en Inglaterra, atravesó una de las peores experiencias que pueden padecer las mujeres al momento de dar a luz. En medio del parto, su corazón se detuvo en dos ocasiones, y tras ser reanimada sufrió una lesión por la que le costó recuperarse seis meses. En la actualidad, contó su historia en las redes y se volvió viral.

Dar a luz puede ser una de las situaciones más dolorosas y hasta peligrosas a pesar de la tecnología que disponen los médicos hoy en día. Si bien los casos catastróficos son los menos, el pequeño porcentaje que lo sufre suele verse afectado a largo plazo por un fuerte trauma. Algo que le sucedió a Keeley cuando estuvo a punto de parir a su beba, Sophia.

Keeley estuvo muerta por dos minutos mientras daba a luz a su hija Sophia

Este hecho ocurrió el 18 de mayo del 2021, cuando la mujer entró en la sala de partos y le advirtió al médico que prefería someterse a una cesárea, ya que con su anterior hija, Mya, tuvo que recurrir a ese procedimiento porque de manera natural su organismo no lo resistió. De acuerdo a su elección, prepararon todos los elementos y comenzaron con las primeras incisiones.

En el instante en que el bisturí cortó su panza, Keeley empezó a tener náuseas. Acto seguido, el detector de pulsaciones se aceleró y ella simplemente se desvaneció lentamente mientras se quejaba del dolor. Por su parte, los médicos corrieron a asistirla a la vez que la pequeña Sophie llegaba a este mundo.

Al mirar al monitor de ECG -que lleva el conteo de los latidos- y notar que la línea se había aplanado, se extrañó del hecho, sin ser consciente de que su corazón ya no funcionaba. Segundos después escuchó el pitido característico y al final se desvaneció.

“Mi último recuerdo fue sentirme muy mal, luego ver la línea apagarse y escuchar ese largo pitido, y todos presionando botones. Luego recuerdo al anestesista parado junto a mí diciendo mi nombre una y otra vez”, expresó la mujer a la agencia inglesa SWN, y agregó: “Vi su cara mientras dormía durante aproximadamente seis meses porque tuve pesadillas sobre esto”.

Así se encuentra Keeley tras el estrés postraumático

Lo cierto es que una vez que los profesionales lograron reanimarla, volvió a morir. Entre la primera y la segunda ocasión, pasaron dos minutos, y cuando ya se recuperó, escuchó a lo lejos el llanto de su hija. No obstante, para traerla a la vida nuevamente, los médicos fracturaron sus costillas por las compresiones torácicas, según indicaron las radiografías.

Tras pasar dos horas en el quirófano, al día siguiente la enviaron a su casa. “Podría haber podido hacerme una cesárea, pero las costillas rotas eran una agonía. Me pareció muy temprano que me dieran el alta, especialmente porque todavía estaba en shock. No podía moverme; tuve que dormir boca arriba durante unos dos meses debido al dolor en mi pecho”, agregó molesta.

Esto le provocó un estrés postraumático que le valió de ansiedad, flashbacks y pesadillas. Al menos durante los seis meses que duró su recuperación, sufrió todo este malestar. “No podía levantar a mi bebé e incluso me dolía tenerla sobre mi pecho, eso me entristecía mucho. Solo quería abrazarla y no podía, eso me hacía sentir como un fracaso, y me preocupaba por que no me quisiera”, acotó.

“No saber cómo sucedió significa que ha sido mucho más difícil para mí dejarlo atrás; todavía me encantaría saberlo. Si esto le sucedió a alguien más, me encantaría saber de ellos. Las parteras, mi médico de cabecera, y el anestesista, todos dijeron que no sabían cómo me pudo pasar eso. Todos parecían tan sorprendidos. Todo lo que me dijeron es que ‘es una de esas cosas que todavía no se pueden entender’”, concluyó Keeley.


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Por fmluzucom

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