A pesar de que los iraníes eligen libremente cada cuatro años su presidente, la República Islámica está lejos de ser una democracia en un sentido occidental, y no solo por las abundantes denuncias sobre violaciones a los derechos humanos. Desde el triunfo de la revolución en 1979, toda la compleja estructura del poder en Irán está construida para frenar cualquier alternativa de cambio real, y aunque hay un equilibrio entre las distintas fuerzas del poder, la figura del líder supremo se destaca por encima de todos en esta república teocrática.

Ebrahim, sin embargo, es un veterano dirigente del régimen que en más de 40 años de revolución mantiene aceitados contactos con los tres pilares del poder: los líderes religiosos, la política y los altos mandos militares.

El líder supremo

Desde 1989, la figura más poderosa del país es el ayatollah Alí Khamenei, quien sucedió al fundador de la república, el ayatollah Ruhollah Khomeini.

Khamenei es el jefe del Estado y comandante en jefe de las Fuerzas Armadas. Su cargo es vitalicio. Tiene autoridad sobre la Policía Nacional y la Policía Moral, que controla en las calles la observancia de las normas de vestimenta y costumbres islámicas.

El ayatollah también controla las relaciones exteriores y el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, encargado de la seguridad interna del país, y de su ala de voluntarios, la Fuerza de Resistencia Basij. Los Basij han reprimido repetidamente la disidencia en Irán.

El rol del presidente

La segunda persona con más poder en Irán es el presidente, responsable de la gestión diaria del gobierno y con gran influencia en la política interior y los asuntos exteriores.

Sin embargo, sus poderes están relativamente limitados, especialmente en materia de seguridad.

El Ministerio del Interior, bajo control del presidente, formalmente dirige el cuerpo de policía nacional. Sin embargo, el comandante de la policía fue nombrado por el líder supremo y responde directamente a él, no al presidente.

Lo mismo ocurre con el comandante del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria y del Basij.

Cuando fueron las protestas por la muerte de la joven Mahsa Amini en septiembre de 2022, el líder supremo decidió poner fin a las marchas, y el presidente tuvo que plegarse a esa orden.

Los poderes del mandatario también pueden ser controlados por el Parlamento, órgano encargado de dictar las leyes. A su vez, el Consejo de Guardianes -en el que se encuentran estrechos aliados del líder supremo- tiene la potestad de aprobar las nuevas leyes y de vetarlas.

En caso de muerte repentina del presidente, la Constitución iraní prevé que el primer vicepresidente -que ahora es Mohammad Mokhber- asuma el papel de presidente, con la aprobación del líder supremo. Una vez que el primer vicepresidente asuma el cargo, después de 50 días, el país debe acudir a elecciones para elegir un nuevo presidente.

Consejo de Guardianes

Un cargo clave en Irán es el Consejo de Guardianes, encargados de velar por la pureza ideológica de todo el Estado iraní. Este consejo es quien certifica las “credenciales islámicas” de los candidatos a presidentes, también ejerce de Tribunal Constitucional, con la capacidad de vetar leyes, políticas o medidas si no las consideran en línea con la Constitución.

El Consejo está formado por doce expertos juristas: seis los elige de forma directa el líder supremo y otros seis el líder del Poder Judicial -designado también por el líder supremo- previa aprobación por parte del Parlamento.

El poder de control del Consejo de Guardianes ha generado históricamente tensiones con el Parlamento, que ve reducida su capacidad de acción. Para mediar en las disputas que puedan surgir entre ambos está el Consejo de Conveniencia, cuyos 36 miembros son designados también por el líder supremo.

Asamblea de Expertos

La Asamblea de Expertos es otro cuerpo deliberativo de 88 teólogos, que es renovado cada ocho años por el voto popular. Su función es elegir al líder supremo, por lo que estarían por encima de él. Pero en los hechos, cuando el fundador de la República Islámica decidió que Khamenei debía ser sucesor, aunque no era por entonces un ayatollah, la Asamblea de Expertos rápidamente le concedió a Khamenei esa autoridad.

El Parlamento

El Parlamento está integrado por 290 diputados, con cinco bancas reservadas para las minorías religiosas.

El igual que la presidencia, el Poder Legislativo también se renueva cada cuatro años y es el encargado de seleccionar a los 22 miembros del gabinete de gobierno del Ejecutivo, es decir, los ministros.

Los Guardianes de la revolución

El Cuerpo de la Guardia Revolucionaria es la principal organización iraní para el mantenimiento de la seguridad interna y se creó tras la revolución, para defender el sistema islámico del país.

La Guardia es ahora una importante fuerza militar, política y económica en Irán, con más de 150.000 efectivos. Cuenta con sus propias fuerzas terrestres, navales y aéreas, y supervisa el armamento estratégico de Irán.

Tiene un brazo en el extranjero llamado Fuerza Quds, que proporciona secretamente dinero, armas, tecnología y entrenamiento a sus aliados en todo Medio Oriente.

Asimismo, controla la Fuerza de Resistencia Basij.

Los Basij

La Fuerza de Resistencia Basij, formalmente conocida como Organización para la Movilización de los Oprimidos, se formó en 1979 como una organización paramilitar de voluntarios.

Tiene filiales en todas las provincias y ciudades de Irán, y en muchas de las instituciones oficiales del país.

Sus miembros masculinos y femeninos, denominados “basijis”, son leales a la revolución y están a las órdenes de la Guardia.

Se cree que esta organización tiene unos 100.000 miembros que realizan tareas de seguridad interna.

Los “basijis” han estado muy implicados en la represión de las protestas antigubernamentales desde las controvertidas elecciones presidenciales de 2009.

Agencias ANSA y BBC News