Por: © Oscar Aranda Durañona

LA RED DE OBSERVADORES DEL AIRE (ROA) EN LA GUERRA DE MALVINAS
El reconocimiento a los civiles y militares que la integraron
Copyright © Oscar Aranda Durañona


Publicado originalmente en La Gaceta Malvinense 50 de AVEGUEMA www.aveguema.org
El mismo está disponible en la Dirección de Estudios Históricos de la Fuerza Aérea Argentina

Desde 1975, de modo similar a lo efectuado en la II Guerra Mundial, la Fuerza Aérea Argentina
había adoptado el procedimiento de complementar la cobertura de vigilancia de sus radares con Redes de
Observadores del Aire. En 1978, ante la inminencia de un conflicto con Chile se requirió la colaboración de
los radioaficionados, llamándolos a las filas en base a las disposiciones relativas al servicio de la Defensa
Civil.
Para 1982, el Comando de Defensa Aérea mantenía activado un mecanismo perfectamente ajustado
de convocatoria de radioaficionados. Por esa causa, cuando le fue solicitado por el Sector de Defensa
Malvinas, en pocos días movilizó y trasladó a los radioaficionados, en este caso pertenecientes al Radio Club
Córdoba para que, desplegados, conformasen la red de 9 Puestos de Observación Aérea (POA) alrededor de
Puerto Argentino.
La ROA de Puerto Argentino, dependía directamente del Centro de Información y Control (CIC) y
estaba integrada por el Suboficial Mayor Alfredo Ocampo como encargado, el Suboficial Auxiliar Álvaro
Portal y el Señor Carlos Biasotto como auxiliares. El citado personal se alternó en la operación de la Central
de Filtraje de la red y como operadores de la Mesa de Información de la ROA en el CIC. Inicialmente, los
siguientes radioaficionados se desplazaron a distintos puntos de las islas y montaron los Puestos de
Observadores del Aire (PPOOAA):
1º) M-1: Gustavo Lescano y Carlos Re.
2º) M-2: Enrique Font, Abel Ramírez y Roberto Parets.
3º) M-3: Sergio Rdelnik y Jorge Noguera.
4º) M-4: Rafael Escuti y Luis Monti
5º) M-5: Suboficial Mayor Manuel del Pino y Enrique Guevara.
6º) M-6: Erio Díaz y Raúl Bottin
7º) M-7: Julio Rotea y Terciano Zampieri
8º) M-8: Ricardo Consigli y Juan Oliver
9º) M-9: Norberto Poletti y Cabo Primero Jorge Lanza de la IX Brigada Aérea, operador del RadarELTA

Las inclemencias del tiempo, la lluvia, nieve, bajas temperaturas (sensaciones térmicas de -2/-3Cº) y
vientos promedios de 70 kilómetros por hora con ráfagas máximas de 130 kilómetros por hora, se
confabularon contra el funcionamiento de la ROA, provocando heridos y la destrucción de carpas. Es por ello
que antes del comienzo de las hostilidades fue necesario levantar, en forma definitiva, los POA 4 y 6 y el
personal fue reembarcado hacia el continente.
A cada puesto de observación se destinó, más que nada como apoyo moral, un soldado de seguridad.
Con esa finalidad, de la Compañía de Defensa de la I Brigada Aérea asignada a la defensa de la BAM
Malvinas se desplegaron a los puestos los soldados clase 63 Armando Schiaschiner, Guillermo Scortio,
Albino Roque Almeida, Balicio Desousa, Indalecio Rosas, Héctor Chazarreta, José Zink, José Sosa,
Guillermo U. García (falleció en Puerto Argentino) y Francisco Frontini, ayudante operador radar ELTA (de
la IX Brigada Aérea).
A partir del 1º de mayo, se tomó conciencia de la falta de protección jurídica para los
radioaficionados civiles. Si eran capturados no los amparaba la Convención de Ginebra. Ante esa situación, el
7 de mayo, el Brigadier Castellano ordenó su reemplazo por personal militar, destinándose como
observadores a oficiales que habían llegado para conformar los Equipos de Control Aéreo y a los suboficiales
que el progreso de las operaciones dejaba sin ocupación.
Se desempañaron como Observadores en distintas etapas de la guerra los Primeros Tenientes Pedro
Altamirano Bernahola, Luis Edmundo París; los Tenientes Eduardo Túñez, Abelardo Félix Alzogaray; los
Suboficiales Auxiliares Roberto O. Alonso, José Coutto, Ramón Campos; los Cabos Principales Raúl Héctor
Guerra, Jorge Irusta, Jorge Humberto Capellino; los Cabos Primeros Omar Alfredo Canesini, Ricardo José
González Ávalos; y los Cabos César Roca, Carlos Alberto Funes, Roberto A. Pochetti, Oscar Walter Doria y
Carlos Osvaldo Gómez.
Estos oficiales y suboficiales de la Fuerza Aérea, mantuvieron activados los puestos de observación
prácticamente hasta el final del conflicto. Sus informes contribuyeron en gran medida a salvar vidas humanas
gracias a las oportunas alertas, como asímismo a asestar los golpes más duros a la flota enemiga. El sacrificio
de estos hombres ya pertenece a la historia. A título de ejemplo se describen a continuación algunas de las
peripecias que debieron afrontar los distinto Puestos de Observación que formaron la ROA de Puerto
Argentino.
Para comenzar, merecen una mención especial los radioaficionados Terciano Zampieri y Julio Rotea
quienes, a pesar de recibir orden de replegar, se negaron y permanecieron en el M-7. Esta decisión permitió,

no sólo detectar desplazamientos aéreos, sino también facilitar la evacuación de una patrulla atacada cerca de
Fox Point. A mediados de mayo fueron reemplazados por personal militar, y evacuados a la BAM Cóndor,
continuaron trabajando hasta caer prisioneros. A partir del reemplazo, el M-7 fue cubierto por los Alfereces
Egurza y Gazzo, quienes realizaron observaciones, pese a ser sobrepasados en varias oportunidades por
fuerzas enemigas que los rastreaban por tierra y aire. Un Alférez y dos soldados pudieron ser dirigidos hacia
un lugar seguro y luego rescatados por helicópteros propios.
El puesto M-8, compuesto por el Suboficial Auxiliar Roberto Alonso, Cabo Principal Raúl Guerra y
soldado clase 63 José Zink, operó hasta que fue rebasado por tropas enemigas. Localizados y bombardeados
por fuego naval, abandonaron la posición y regresaron a pie. Al tercer día perdieron contacto radial y al
quinto día fueron encontrados por hombres del Ejército en las inmediaciones del Monte Challenger, después
de eludir patrullas enemigas. Desde el Monte Harriet, finalmente se los trasladó a Puerto Argentino.
El puesto M-5, operado por el Suboficial Mayor Manuel Del Pino y el Cabo Primero Ricardo
González Ávalo cumplió una esforzada labor. El constante movimiento de personal y de vehículos en la zona,
dificultó los reemplazos y tuvieron que permanecer hasta el 5 de junio cuando fueron capturados. Es de
destacar que ese día se intentó rescatarlos, pero el helicóptero Bell-212, donde viajaba como guía el jefe del
CIC, Vicecomodoro Aranda Durañona, al sobrevolar la zona de Bombilla Hill se encontró de frente con un
Sea King. Sorprendidas, ambas tripulaciones efectuaron maniobras de escape. El británico escapó hacia el
norte y el Bell argentino se internó nuevamente en la bahía y, al ras del agua, buscó Port Louis. Desde allí
siguió rumbo a Puerto Argentino.
El puesto M-9 y su radar ELTA, operado en un principio por Norberto Poletti y el Cabo Primero
Jorge Lanza, mantuvo la vigilancia en forma intensa.
El puesto M-3, que había sido desalojado por fuego naval, dada su estratégica posición se lo intentó
montar nuevamente en los últimos días de la guerra. Con esa finalidad el CIC envió al Suboficial Auxiliar
José Coutto y Cabo César Roca que, lamentablemente, no pudieron poner en marcha los equipos de
comunicaciones. Con gran vocación de servicio, el Cabo Roca caminó entre 20/30 kilómetros hasta el
poblado de Port Louis y pidió ayuda al encargado de la ROA. En reemplazo, el CIC envió al Cabo Primero
Capellino y Cabo Carlos Gómez, quienes fueron tomados prisioneros antes de entrar en contacto con la
cabecera.
Red de Observadores del Aire zona Costera
Con un distinto nivel de exigencia, también es justo recordar a los radioaficionados que formaron la
Red de Observadores que el Comando de Defensa Aérea desplegó en otras zonas del país. Todos se
presentaron con sus propios equipos de comunicaciones y movilidad.
La ROA Costera cubría el litoral atlántico desde La Plata hasta el extremo sur de Santa Cruz. La
integraron: Juan Anna, Carlos Azamor, Eduardo Bernal, Marcelo Bocceli, Carlos Boratto, Raúl Cabot,
Enrique Calvo, Bernard Cienfuegos, Juan Carlos Cuestas, Alejandro Crovetto, Naldo De Biasi, Néstor
Deocarets, Carlos Desousa, Rubén Esteban, Manuel García, Antonio González, Aldo Kovacevich, Emilio
Martínez, Eleuterio Méndez, Martín Montenegro, Víctor Monticcelli, Jorge Neman, Eduardo Nikoniuk,
Daniel Notaro, Gaspar Olguín, Carlos Olivieri, Carlos Palacios, José Ricardo Palacios, Guillermo Pasos,
Carlos Paterson, Roberto Pevelka, Raúl Policastro, Ernesto Rocha, Luis Rusch, Fernando Sabaye, Alejandro
Samper, Edgardo Saavedra y Osvaldo Serrano.
Red de Observadores del Aire zona Continental
Su tarea específica consistió en cubrir desde sus lugares de origen las frecuencias utilizadas por el
enemigo, interceptando mensajes y suministrando información al comando. Los asientos principales de este
grupo fueron: San Carlos de Bolívar, Comodoro Rivadavia, Dolores, Grupo I de Vigilancia Aérea (GIVA). Se
trabajó con un sistema de guardias rotativas que cubrió el espectro radioeléctrico durante las 24 horas. Lo
integraban: Rafael Padilla, Juan Carlos Landó, Alberto Almar, Ricardo Boaglio, Juan Berthoud, Alvaro
Bilancetti, Adolfo Cárdenas, Héctor Césare, Néstor Ciaparelli y Gustavo Denevi.
El personal que se detalla a continuación fue convocado por la Fuerza Aérea Argentina para relevar a la ROA
en las islas. A causa del mal tiempo, no pudieron aterrizar, y retornaron al continente. Almar Alberto, Boaglio
Ricardo, Cárdenas Adolfo L., Césare Héctor, Chiaparelli Néstor, Denevi Gustavo, Friedrich Oscar Ricardo,
Geller Mario, Giometti Juan, González Lelio A., Hermida Juan, Laverne Omar, Lourenzo Manuel, Malvido
Giménez Carlos, Ramírez Carlos A., Rastellino Horacio y Teruggi Roberto.
Red de Observadores del Aire de la BAM Cóndor
Entre el 28 y 29 de abril, la BAM Cóndor desplegó cuatro puestos: “BIGUÁ” y ““HIENA”-
“ROCA”-“VASCO” y una Central de Filtraje NIDO. Los Puestos de Observación Aérea fueron distribuidos
en posiciones coincidentes con las probables avenidas de ataque y se cubrieron los ángulos muertos de los
radares de artillería Elta y de la batería de 35 mm Skyguard

Los Alfereces Rómulo Antonio Sasone, Jorge Alfredo Blázquez, Mario Eduardo Egurza y Eduardo
Javier Daghero ocuparon los puestos, mientras que el Alférez Andrés Alejandro Gazzo se hizo cargo del
Centro de Filtraje en la BAM Cóndor. Además, cuatro soldados, con formación secundaria, integraron
voluntariamente los puestos en calidad de auxiliares.
Comentarios del Brigadier (R) Luis Guillermo Castellano
El Brigadier Castellano se desempeñó como Comandante del Componente Aéreo en Malvinas, y
en sus breves comentarios de las acciones bélicas que se incluyeron en el Libro PROBADO EN
COMBATE, señalaba al respecto:
El día diecinueve de abril, arribó un grupo humano singular, eran diecinueve civiles
acompañados por un selecto grupo de suboficiales. Se trataba de los radioaficionados
pertenecientes al Radio Club Córdoba y Carlos Paz, quienes al escuchar el llamado de la
Patria, abandonándolo todo, sin dudar ni pedir nada, se presentaron voluntariamente
munidos de sus valiosos equipos personales con el fin de integrar la Red de Observadores
del Aire (ROA), elemento vital para la conducción de las operaciones aéreas y que,
merced al elevado profesionalismo y conmovedor espíritu de entrega de sus hombres, al
iniciar las acciones bélicas se transformó en la pieza clave e imprescindible de la defensa,
tanto Aérea como Terrestre y Naval.
Su incansable vigilia, su inquebrantable espíritu de sacrificio y su ejemplar vocación de
servicio, coadyuvó en buena medida al éxito de muchas misiones de combate y lo que es
aún más importante, a salvar valiosas vidas que sin lugar a dudas se hubieran perdido de
no contar con las oportunas alertas tempranas.
En síntesis, su heroico y patriótico desempeño, contribuyó a que la Fuerza Aérea
escribiera páginas de gloria para la historia de la Patria


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