Tras el abandono de anoche, se confirmó la peor sospecha. Tomás Martín Etcheverry, que ayer se retiró en los cuartos de final del ATP 250 de Buenos Aires cuando se medía con el chileno Nicolás Jarry (tras ganar 6-4 el primer set y perder 7-5 el segundo), sufrió un desgarro en un músculo muy importante de la pierna derecha y permanecerá inactivo durante unas cinco semanas, por lo que se perderá el resto de la gira ATP sobre polvo de ladrillo (Río de Janeiro y Santiago Chile), el Masters 1000 de Indian Wells y, probablemente, el de Miami, que se disputará del 20 al 31 de marzo.
El platense Etcheverry, de 23 años, padeció un desgarro en el músculo semimembranoso, un sector muy valioso para el salto, la frenada y la carrera del deportista. La lesión del actual número 27 del ranking mundial interrumpe su evolución y lo pone ante un período de rehabilitación. Teniendo en cuenta los tiempos médicos, es probable que el jugador entrenado por Walter Grinovero empiece a evaluar directamente un regreso en el ATP de Houston, sobre polvo de ladrillo, desde el 1° de abril, antes de la gira europea sobre canchas lentas. Etcheverry jugó la final de Houston (US Men’s Clay Court Championship) el año pasado, perdiendo con el estadounidense Frances Tiafoe.
El momento del abandono
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Nicolas Jarry comforts Tomas Etcheverry as the Argentine is forced to retire with injury in their @ArgentinaOpen quarter-final. pic.twitter.com/WsGhdyZ5GH
— Tennis TV (@TennisTV) February 17, 2024
Etcheverry construyó un primer set muy sólido ante Jarry, con un 75% de primeros servicios, un 67% de puntos ganados con el primer saque y dos quiebres ante el chileno entrenado por Juan Ignacio Chela (actualmente radicado en Miami, en septiembre del año pasado dejó de entrenar a Diego Schwartzman después de siete temporada). Sin embargo, en el 1-1 del segundo set, el argentino sintió un “pinchazo” en la pierna derecha, se preocupó, fue atendido por el fisioterapeuta de ATP (el argentino Alejandro Resnicoff), se le aplicó un vendaje y volvió a jugar, pero ya no fue el mismo.
No se movió libremente en la cancha; quedaron en evidencia sus dificultades para desplazarse y apostó a jugar a pocos tiros (así y todo estuvo 4-4 y el chileno sacó 15-40). Pero perdió explosión y su rostro de preocupación fue todo un símbolo de lo que ocurría. Aguantó todo lo que pudo, pero luego de perder el segundo set, se acercó a su equipo, cruzaron unas palabras, lo evaluaron y se retiró.
Etcheverry se acercó al umpire, el francés Arnaud Gabas, y le comunicó su decisión de abandonar. El argentino se quedó sentado durante unos minutos, angustiado, hasta que regresara a la cancha su rival, que se había ido momentáneamente al vestuario. Cuando Jarry volvió a la cancha central, se enteró de la decisión de Etcheverry, lo saludó afectuosamente y hasta intentó llevarle el raquetero. El público ovacionó al argentino, que se perdió por un rincón del estadio con los ojos humedecidos, cabizbajo, muy preocupado por la situación. Esta mañana, Etcheverry se realizó estudios médicos y se confirmó lo que anoche mismo sospechaban: que se desgarró.
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