E. R. G., un albañil misionero de 43 años, se presentó en la oficina Retiro del Correo Argentino para retirar la encomienda que había llegado desde España. Ante la demora en hacer el trámite pensó que todo iba a salir mal. Es más, supuso que, con disimulo, llegaron a fotografiarlo. Pero como le entregaron el paquete no se hizo mayores problemas y caminó hasta el auto donde lo esperaban sus dos acompañantes y volvieron a Palermo en un Toyota Corolla. No lo sabían, pero sus movimientos eran monitoreados en tiempo real por un GPS y su conversación grabada por un teléfono celular que estaba oculto el supuesto regalo que había sido enviado desde Europa. Una vez en destino, todo fue muy rápido. “¿Qué es eso? ¡Saca eso, saca eso!”, gritó E. R. G. cuando intentó sacar la bandeja de un tocadiscos para buscar la carga escondida, un kilo de metanfetamina. La secuencia fue transmitida en vivo. Los tres sospechosos intentaron escapar y arrojaron el dispositivo electrónico en una alcantarilla. Pero era tarde. No pudieron ir muy lejos y fueron detenidos.

En las últimas horas, E. R. G. y los dos otros sospechosos, W. T. F., de 39 años, y L. L. C., un ciudadano colombiano de 39, fueron procesados con prisión preventiva por el juez en lo penal económico Diego Amarante por el delito de contrabando de sustancia estupefaciente agravado por encontrarse la misma destinada inequívocamente a la comercialización en grado de tentativa.

Así lo informaron a LA NACION fuentes judiciales. Según la resolución del juez Amarante, con la cantidad de metanfetamina secuestrada se podrían haber fabricado 50.750 dosis de droga sintética.

“La cantidad de sustancia estupefaciente secuestrada, 1015 gramos de metanfetamina, permite concluir inequívocamente que el fin de dicha sustancia era ser posteriormente comercializada, pues se trata de una cantidad que exorbita con creces el consumo personal”, sostuvo el magistrado al dictar el procesamiento de los sospechosos.

La investigación comenzó el 20 de diciembre pasado, cuando personal de la División Prevencional Narcotráfico de la Dirección General de Aduanas (DGA) inspeccionó una encomienda que había llegado desde España y descubrió una carga oculta de metanfetamina en el interior de un tocadiscos.

“El envío fue sometido a un control de rutina por medio de rayos X, cuyo resultado permitió visualizar imágenes sospechosas, en función de una textura y densidad inusual. En virtud de ello, fue sometido asimismo a un control adicional, mediante canes adiestrados para detectar narcóticos, los que demostraron una conducta compatible con la presencia de sustancia estupefaciente”, según se desprende del expediente judicial.

El juez Amarante decidió hacer una entrega vigilada para llegar hasta los destinatarios de la carga ilegal. Al personal de la DGA se sumaron detectives de la División Operaciones Federales de la Superintendencia de Drogas Peligrosas de la Policía Federal Argentina (PFA).

Fuentes de la investigación explicaron que, después de secuestrar la metanfetamina, la sustancia ilegal fue reemplazada por otra del mismo peso y de similares características para poder concretar la entrega vigilada.

El magistrado ordenó intervenir la línea telefónica de la persona que figuraba como destinataria de la encomienda: E. R. G., el albañil misionero.

El segundo paso de los investigadores fue enviar un telegrama al domicilio donde debía ser entregada el paquete para comunicar que la encomienda debía ser retirada en las oficinas del Correo Argentino situadas en Retiro.

El lunes 15 de este mes, el albañil misionero se presentó para retirar el envío. El juez ordenó seguir los movimientos del sospechoso.

E. R. G. se retiró a pie de la sucursal del Correo Argentino y caminó hasta la avenida del Libertador, donde lo esperaban W. T. F. y L. L. C. en un automóvil Toyota Corolla.

El vehículo se dirigió desde Retiro hasta un inmueble situado en Nicaragua al 4400, en Palermo. “Durante el trayecto, el dispositivo electrónico registró diversas conversaciones que dan cuenta de que los investigados conocían que el envío tenía un contenido ilícito”, según el expediente judicial.

La metanfetamina estaba oculta en un tocadisco

Al llegar al inmueble de Palermo “el dispositivo alojado junto con la sustancia que simulaba ser estupefaciente captó sonidos metálicos (de herramientas) y, a los pocos minutos, la imagen del rostro de quien había abierto el paquete y retirado la bandeja del tocadiscos en busca de la sustancia allí oculta, la que se encontraba con el dispositivo filmográfico activo, seguido de un audio del que se interpreta ´¿Qué es eso? ¡Saca eso, saca eso!´”, explicó el magistrado en la resolución, a la que tuvo acceso LA NACION.

Según el juez, el que dio la orden de “sacar eso” fue el albañil misionero. Al detectar el dispositivo, los tres sospechosos salieron del inmueble, un local comercial, y se subieron al Toyota Corolla.

“A unas pocas cuadras, E. R. G. descendió del automóvil y comenzó a caminar, dejando el dispositivo hallado en el interior del envío en una alcantarilla. De todo ello da cuenta el material filmográfico, por cuanto durante el episodio, se pueden visualizar las prendas de vestir con las que el sospechoso fue detenido”, según se desprende del expediente judicial.

Finamente, los tres sospechosos fueron detenidos por detectives de la PFA. Cuando fueron indagados por el juez Amarante, E. R. G. sostuvo que no tenía nada que ver con la carga ilegal, que W. T. F. le había pedido que le mandara fotos de su DNI y él pensó que era para cargar los datos de la ART para poder trabajar en una obra y que después le aviso que le iba a llegar un paquete a su nombre.

W. T. F. también declaró y dijo que había conocido a L. L. C. cuando había estado en la cárcel y que un día, cuando almorzaban un asado en una obra en construcción, el ciudadano colombiano pidió colaboración para recibir un paquete que le iba a enviar su familia desde Europa y que E. R. G. se ofreció a prestar su identidad para los trámites a cambio de 100 dólares.

“Pero quiero aclarar que yo desconocía completamente sobre el contenido de la encomienda”, sostuvo. L. L. C., el ciudadano colombiano, se negó a declarar.

“Si bien se aguardan los resultados del estudio pericial químico sobre la sustancia estupefaciente secuestrada, la forma en la que esta se encontraba oculta -acondicionada (en un doble fondo) debajo de una bandeja tocadiscos, que se encontraba dentro de un maletín color violeta- y el resultado del reactivo orientativo efectuado durante el procedimiento, permite tener por acreditado que se trata en su totalidad de metanfetamina, considerado estupefaciente. No puede dejar de señalarse que la maniobra de contrabando de estupefacientes se vio frustrada por la intervención del personal preventor, por lo que el plan criminal se vio interrumpido, quedando en grado de tentativa”, sostuvo el juez en su resolución.

El magistrado trabó un embargo sobre los bienes de los sospechosos hasta cubrir la suma de 150.000.000 de pesos en cada caso.


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Por fmluzucom

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