WASHINGTON.- Donald Trump se imponía esta noche en la elección de New Hampshire, la segunda cita electoral en la primaria presidencial de Estados Unidos, y lograba darle un impulso casi decisivo a su campaña en busca de su añorado regreso a la Casa Blanca. Nikki Haley, única rival de Trump en pie en la interna del Partido Republicano, quedaba en segundo lugar al aglutinar el grueso del voto moderado, y por una diferencia más estrecha de lo que anticipaban las encuestas.

Apenas iniciado el escrutinio, Trump obtenía el 54,2% de los votos contra el 44,8% de Haley.

La agencia de noticias AP declaró a Trump ganador apenas terminó la votación.

El nuevo triunfo de Trump en New Hampshire lo dejaba al borde de conseguir nuevamente la nominación presidencial del Partido Republicano. Aunque aún deben votar los estados más importantes, la superioridad de Trump respecto de sus rivales parece ya insuperable. Nunca en el último medio siglo un candidato que ganó dos de las primeras tres elecciones –Iowa, New Hampshire y Carolina del Sur– se quedó después sin la candidatura. Y desde 1976, seis de los ocho ganadores de la primaria republicana en New Hampshire se quedaron luego con la nominación presidencial, incluido Trump, ocho años atrás.

Desafiante, Haley prometió seguir en la pelea aun si resultaba derrotada, y a pesar de la amplia diferencia que marcaban las encuestas entre los votantes republicanos a favor de Donald Trump.

“No, no me voy si pierdo”, dijo Haley antes de la votación, durante una entrevista con Fox News, en la que además minimizó el impacto de la victoria de Trump en el caucus de Iowa, la primera cita del calendario.

“Voy a decir esto una vez más, tuvimos 56.000 personas que votaron por Donald Trump, y ¿van a decir que eso es lo que quiere el país? Eso no es lo que el país quiere”, afirmó.

MANCHESTER, NEW HAMPSHIRE - 16 DE ENERO: Los voluntarios hacen señales en el patio para la candidata presidencial republicana Nikki Haley antes de hablar en un evento de campaña en New Hampshire luego de su tercer puesto en el caucus de Iowa el 16 de enero de 2024 en Manchester, New Hampshire. Haley, que había ido ascendiendo en las encuestas en las próximas primarias de New Hampshire, esperaba terminar en segundo lugar en Iowa. El expresidente Donald Trump ganó el caucus con más del 50 por ciento de los votos, mientras que el gobernador de Florida, Ron DeSantis, quedó en segundo lugar. Spencer Platt/Getty Images/AFP (Photo by SPENCER PLATT / GETTY IMAGES NORTH AMERICA / Getty Images via AFP)

Con el avance del escrutinio, el único interrogante en pie era cuál sería la diferencia final entre Trump y Haley. Una victoria de Trump más ajustada de lo previsto terminaría por beneficiar a Haley, y le daría un último empujón a su campaña. Pero si la diferencia se ampliaba, Trump elevará la presión para que Haley abandone la carrera.

A diferencia de Iowa, New Hampshire votó en las primarias para elegir a sus candidatos este año bajo el formato de una elección tradicional, y no con el formato de asambleas que siguen los caucus. El electorado de New Hampshire es más diverso, y más representativo del votante norteamericano que el de Iowa: es más moderado, suburbano, y menos religioso, y en las primarias además está permitido que voten los votantes independientes –la gran mayoría se volcó a favor de Haley, según encuestas a boca de urna–, que no estén registrados con un partido, ya sea que voten en las primarias republicanas o demócratas. New Hampshire, cuyo lema es “vivir libre o morir”, es además un “estado péndulo” en las elecciones presidenciales: en algunas elecciones presidenciales ha volcado a favor del candidato demócrata, y en otras. Sin las inclemencias del clima que sufrió Iowa una semana atrás, el gobierno estatal calculaba que irían a votar más de 320.000 personas.

Varios candidatos, tanto demócratas como republicanos, lograron revivir o darle impulso a sus candidaturas gracias al resultado que obtuvieron en New Hampshire, como fue el caso de Ronald Reagan, en 1980, Bill Clinton, en 1992, o John McCain, en 2008. Trump buscaba dar un golpe de nocaut y terminar de despejar su camino hacia la nominación presidencial del Partido Republicano. Haley aspiraba a dar un batacazo con un resultado mejor al que vaticinaban las encuestas que la fortaleciera.

La importancia que las campañas presidenciales le asignan a New Hampshire este año quedó reflejada en un dato: desde principios de año, los candidatos y las organizaciones políticas que los respaldan gastaron casi 80 millones de dólares en publicidad, según recabó la firma AdImpact. Todo para una elección que, más allá de la atención que recibe al ser técnicamente la elección primaria con una votación tradicional, decide menos del 1% del total de delegados que irá a la Convención Nacional, el órgano partidario que designará al candidato a mediados de julio próximo.


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Por fmluzucom

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