MAR DEL PLATA. Nuevas testimoniales y el repaso de cámaras de seguridad concentran la actividad principal por estas horas de los investigadores de la muerte de la nutricionista Florencia Yturrioz. En tribunales se sumaron nuevos datos de quienes estuvieron con ella o la vieron en ese período de casi 12 horas que transcurrieron entre la medianoche del sábado, cuando con amigos fue a una fiesta electrónica en la zona del faro, hasta el mediodía del domingo, cuando se descompensó y poco después falleció.
En la causa judicial ya no hay dudas sobre el origen del deceso: sufrió las consecuencias de una intoxicación por drogas. En últimas horas se confirmó el resultado de análisis de laboratorio que, como había anticipado el lunes LA NACIÓN, certifica que en su organismo había metanfetaminas.
El fiscal Fernando Berlingeri mantenía esa hipótesis a partir de algunos primeros testigos que declararon en el expediente, con detalles sobre los movimientos de aquella madrugada de domingo entre amigos.
La labor de reconstruir sus pasos no es compleja, según reconocen en tribunales, ya que con la aparición de testigos espontáneos pudieron conocer lo que hizo durante la mañana previa a su muerte, cuando se había despegado de su grupo original, que ya había dado un pantallazo de la ruta nocturna previa.
Yturrioz tenía 26 años, era de La Plata y estaba de vacaciones en Mar del Plata. Junto con otras compañeras de viaje paraba en un departamento de Avenida Colón al 1400.
Ellas y otros que las acompañaron durante este fin de semana contaron que salieron a bailar hacia la zona del faro y se repartieron entre dos eventos que había con muy pocos metros de diferencia. Luego regresaron al centro para descansar, pero Yturrioz prefirió ir en busca de alguna actividad más.
Así es que, según se reconstruyó por declaraciones y ahora también cámaras de seguridad, pasó por una panadería que está en la planta baja del edificio y consultó por alguna fiesta tipo “after” durante esas primeras horas de la mañana. La respuesta fue negativa y se dirigió hasta la playa más cercana, a la altura de Güemes y la costa, donde se sumó a un grupo de jóvenes que compartían ronda de mate.
De ese círculo de gente, donde no estaba ninguno de sus compañeros de viaje, surgen los testimonios que descartan que el consumo de algún tipo de sustancia se haya dado por esas horas.
Un joven fue el primero que se presentó en tribunales, cuando vio la foto de Yturrioz en los medios y no dudó en confirmar que era la misma chica que se les había acercado a charlar la mañana de domingo.
A los funcionarios judiciales, en declaración testimonial, les aseguró que no solo no consumió, sino que ni siquiera tomó mate. “Solo agua”, aclaró y citó una botella que llevaba la joven. En el mismo sentido se refirió un guardavidas, que fue el segundo que aportó testimonio y sumó coincidencias.
El fiscal no tiene indicios para suponer que, según dejó trascender en La Plata alguien del entorno de la joven, este caso pudo ser parte de un engaño de alguien que suministró droga a la víctima sin que esta lo percibiera.
La familia, lejos de realizar algún planteo judicial en ese sentido, está conmocionada por el momento que están pasando y aún más golpeada por la trascendencia que tuvo el caso, de presencia relevante en los medios.
La causa judicial se mantiene como averiguación de causales de muerte y, frente a los primeros informes oficiales que llegan a la fiscalía, no habría ilícito a la vista. Sí advierten que solo podría darse esa situación en el caso que se pueda determinar quién fue el responsable y en qué circunstancias se dio la provisión de la droga que provocó esta tragedia.
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