Por Enrique Franco Zaremba

Partidos no construidos por la Sociedad ( entendido como Pueblo con dirigentes provenientes y elegidos en cada circuito electoral por los afiliados) y si armados por las Sociedades ( grupos mercantilistas apoderandose de los cargos públicos y los cargos partidarios simultáneamente, por medio de la billetera del Estado), nos han GOBERNADO Y GOBIERNAN.

Así los partidos políticos participativos fueron sepultados y sustituidos por organizaciones que ponen a dedo los candidatos, ya que al ostentar los cargos de funcionarios en el Gobierno y Paralelamente cargos Directivos en el Partido Político tienen la seguridad de no poder ser cuestionado por el afiliado y manejar hasta el Tribunal Disciplinario Partidario ( proyección que se traslada a la implementación en los Tres PODERES de la República).

Los resultados están a la vista, y los partidos así son sellos como herramienta electoral libre de promover a cualquier candidato que los partidos mayoritarios deben separar de sus filas momentáneamente, pero que responderán fielmente a esta plutocracia desde su función pública una vez elegido en la contienda electoral.).ESTO GARANTIZA EL MANTENIMIENTO del «empleado socio fiel» que cambiará de bloque partidario de acuerdo a las necesidades temporales.

Solo observar la falta de políticas públicas en cada ámbito ( social. Laboral, educativo, sanitario, económico, defensivo, seguridad, legislativo o judicial); nos demuestra que no existen verdaderas oposiciones ni políticas concretas del oficialismo ( ellas no ponen la total labor y comprensión en nuestra decadencia constante, pero si se originan peleas enérgicas entre sus colegas partidarios, demostrando que por un cargo si se pelean con uñas y dientes sin normas de urbanismo en sus modales).

Las comunidades deben forjar nuevamente el vínculo social para promover a dirigentes que surjan de lo mejor entre sus vecinos, y que así representen el verdadero espíritu del pueblo. Las comunidades religiosas deben ser el aporte ineludible ante tanto maltrato destrato de nuestra identidad fundantes.

Solo nuestro compromiso con nuestros prójimos puede salvar esta sociedad con costumbres y tradiciones formidables.

Las palabras de CRISTO transformaron y vencieron al IMPERIO ( no solo se refleja en el oficial romano que pidió con fé por su sirviente sino al mismo Poncio PILATOS que no encuentra motivos para condenarlo a la pena capital), por la DIGNIDAD DE SU PRESENCIA Y PROCEDER, algo que el conjunto de los reyes y religiosos judíos condenaron por MIEDO (principalmente a sus conductas). ; sin importar los actos de CARIDAD de JESÚS en el PUEBLO .

Es hora de reflexionar sobre nuestros sentimientos y deseos de COMUNIDAD


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