Holanda vivía este viernes una noche mucho más tranquila de lo temido, sin manifestaciones violentas, pese a que el gobierno anunció que reforzaba las restricciones sanitarias para luchar contra un repunte de casos de covid-19.
«A partir del domingo, en principio, todo estará cerrado entre las 17H00 y las 05H00 en Holanda», excepto las tiendas consideradas esenciales, declaró el primer ministro, Mark Rutte, en una rueda de prensa en La Haya, donde se concentraron unas decenas de manifestantes.
Las escuelas seguirán abiertas pese a que el fuerte aumento de infecciones involucra a niños, aunque los alumnos de 10 años y más deberán llevar mascarilla en los pasillos, pero no en las aulas.
Los bares y restaurantes estarán abiertos hasta las 17H00. Los clientes deberán llevar mascarilla y las mesas deberán estar colocadas como mínimo a 1,5 metros de distancia entre sí.
«Hay que ser realistas, las cifras diarias cada vez son más altas», declaró Rutte. «Menos de la mitad de las personas con síntomas se hacen test, eso muestra que el mensaje no está calando lo suficientemente y asumo la culpa», añadió.
Las autoridades holandesas registraron 21.350 nuevas infecciones el viernes, un poco menos que la media de 22.258 casos constatada en los últimos siete días.
Los hospitales deberán anular las operaciones previstas para liberar camas, en tanto los casos de covid-19 alcanzaron nuevos récords a pesar de las últimas restricciones impuestas y el hecho de que alrededor del 85% de la población adulta esté vacunada contra el virus, indicó el ministro de Salud.
– «Dejen de mentir» –
Tras cuatro noches de alta tensión en diferentes ciudades esta última semana, como en Róterdam y La Haya, la noche de este viernes fue tranquila.
En la capital, unas cincuenta personas se manifestaron en el barrio administrativo en el que el primer ministro pronunciaba su discurso, haciendo ruido con silbatos, cacerolas y megáfonos.
Pero la protesta, vigilada por un amplio dispositivo policial, no se vio empañada por la violencia.
«El covid es como la gripe, es un virus con el que debemos aprender a vivir, en sociedad, más que combatirlo, porque no lo lograremos», declaró Babs, una manifestante que portaba una pancarta que rezaba: «Dejen de mentir».
Holanda reintrodujo un confinamiento parcial la semana pasada, con nuevas restricciones sanitarias en el sector de la restauración. El gobierno planea además prohibir que los no vacunados acudan a ciertos lugares, como bares o restaurantes.
Por segundo año, los fuegos artificiales de año nuevo, que suelen dejar muchos heridos, están prohibidos. El objetivo es no saturar los hospitales.
Entre las medidas, el gobierno recomienda teletrabajar y no invitar a más de cuatro personas en casa.
Las manifestaciones públicas están prohibidas y los partidos de fútbol se juegan a puerta cerrada.
En las dos anteriores ruedas de prensa dedicadas a la epidemia, el primer ministro se centró en los enfrentamientos entre la policía y los manifestantes en La Haya.
El viernes pasado, en Róterdam, una protesta en contra de las restricciones, convocada en las redes sociales, terminó en disturbios, con coches incendiados y heridos, incluyendo policías.
En total, 173 personas fueron detenidas en todo el país desde hace una semana. Además, dos alborotadores fueron condenados a prisión por lanzar piedras a la policía.
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